viernes, diciembre 30, 2005

Limbo

Una Comisión Teológica Internacional abolirá esta semana el limbo y enviará a los niños sin bautizar al cielo

El temido limbo, localizado entre el cielo y el infierno según una tradición católica surgida en la Edad Media, va a ser enterrado definitivamente por la Iglesia esta misma semana. El problema es que, una vez abolido ese lugar sin gloria ni tormento, ¿a dónde se supone que van los niños muertos sin bautizar? Una Comisión Teológica Internacional, que reflexiona sobre este enigma desde ayer en el Vaticano, los quiere enviar directamente al paraíso gracias a "la infinta misericordia de Dios".

El País

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Recuerdo vagamente mi vida antes de pasar al otro lado, aunque lo he olvidado casi todo. Recuerdo el sol abrasador, la tierra cuarteada, y los ritmos sincopados de las peticiones a los dioses. Recuerdo mi nombre: N'dongele. Todo está cubierto por un envoltorio de tiempo que, curiosamente, hace que mis recuerdos me parezcan ocurridos a mucha distancia. El tiempo aquí es una cosa extraña que no funciona muy bien. Cuando se pasa al otro lado, todo se vuelve muy raro.

Cuando aquella señora con los ojos tan dulces me cogió de la mano, sé que anduvimos por caminos grises que se desvanecían al pasar, pero no podría decir si el viaje fue largo o corto. Creo que los más viejos del lugar la llamaban la segadora, aunque no sé por qué, pues no me pareció que tuviera las manos apergaminadas del trabajo en el campo, la verdad. Más tarde, o más temprano, no lo sé, apareció ante nuestra vista un pórtico; una puerta de la que salían tres caminos: uno ascendente, uno descendente y otro que llevaba a una inmensa sala que estaba a la vista. Un señor con una barba muy larga y un libro en las manos, asintió cuando nos vio llegar y me dijo que mi sitio estaba en la sala de allá. Y allí fui y allí me he quedado todo este tiempo.

Pero ahora estoy perdido. No se dónde han ido todos. Estamos en otro lugar, y ya no reconozco las caras. Aunque tampoco entiendo esta felicidad que amenaza con reventarme el pecho.

martes, diciembre 27, 2005

Elogio del estudio

" […] Aparta tu sed de libros, para no morir gruñendo, sino verdaderamente resignado y agradecido de corazón a los dioses. "

Marco Aurelio. Meditaciones. Libro II

La encuentro al azar, de forrajeo, y al leerla recuerdo otro texto, una entrevista a un gran erudito, en la que después de toda una vida dedicado al estudio y al conocimiento, decía sentir rabia e indignación ante la muerte, y me pregunto si, al final, esta pasión por el estudio me dará algunas respuestas. Y como no lo sé, continúo.

Por si acaso.

viernes, diciembre 23, 2005

Caballero

Tengo la impresión de que el añoso caballero de porte ridículo que el otro día, a través de la ventanilla del coche, vi vagar por los páramos castellanos, acompañado de un tipo gordo montado en un burro, ha leído tanto que ha acabado por no distinguir el mundo real del de ficción. Es sólo una impresión, seguramente falsa, pero si no, no me explico porque embistió contra nuestro coche gritando con un acento muy raro no se qué de encatamientos y malandrines.

miércoles, diciembre 21, 2005

Luz

Luz de mediodía afilada, cortante y diáfana, sin la película de humedad tan común de las ciudades más próximas al mar. Colores perfectos, bordes afilados, fría e impersonal. Preciosa.
Como si alguien nos observara con deshumanizada inteligencia y necesitara buena iluminación.

Cámaras

Hace tiempo que Juan leyó que era posible acceder a muchas de las webcams que pueblan el mundo porque, en muchos casos, sus propietarios olvidan asegurarlas contra la intrusión de extraños.

Él, tan hechizado por la biblioteca total que soñó Borges y que cada día se desplegaba ante él al encender el ordenador, pensó que el hecho de poder mirar brevemente a través una cámara anónima, constituiría sin duda una metáfora perfecta de esta época tan extraña. Y sin dudarlo, se puso manos a la obra.

Ahora pasa largas horas mirando la pantalla por si el programa que escribió, y que seleccionaba durante cinco segundos una cámara al azar de entre las miles disponibles, vuelve a mostrarle el rostro de aquella mujer.

Aunque a veces piensa que el suyo es un amor sin esperanza.

martes, diciembre 20, 2005

Invierno

Plomizo día, gris plomo, plúmbeo cielo, nubes grises, espesas nubes, hielo. Lágrimas, bigote escarchado, gato congelado, manos azules, brisa hiriente, cuchillos de aire helado.

Y un viejo con un traje rojo con relleno toma rápidos sorbos de la botella de coñac que esconde bajo la barba y que ayer consiguió comprar gracias a las lismosnas.

Pero el coñac sólo calienta durante un rato.

lunes, diciembre 19, 2005

Profeta

El poder de la inteligencia distribuida es insuperable. Al final, modificaremos nuestros lentos organismos para integrarnos en una gran inteligencia global. Y la raza humana desaparecerá con un inaudible clic en el universo. Seremos otros, seremos todos”, dijo aquel misterioso profeta de la modernidad mientras se acariciaba la barbita rala.

Ejercicio

Todos los días desde mi ventana puedo ver un espacio desolado, carente por completo de árboles, en el que los muros de hormigón y cemento de los grandes edificios circundantes planean ominosos sobre las cabezas de los viandantes.

Aquí, las pintadas, algunas con más de una década, señalan el descarnado espacio en torno al cual se organiza cada día el ritual de trabajo. Un entorno deprimente, como abandonado de los servicios municipales, que linda, sin embargo, con jardines bien cuidados y calles limpias. Un espacio irreal, un hueco cubierto de planchas de cemento donde no es posible concebir la naturaleza.

Y, sin embargo, hoy te veré y todo aparecerá brillante a mis ojos y nada me importará menos que los árboles en las bellas plazas de la ciudad.

sábado, diciembre 17, 2005

Razón

"Puede llamarse feliz al que, gracias a la razón, ni desea ni teme." Séneca.

El gran filósofo anticipó el objeto último de toda búsqueda. Después de ascender los siete niveles del conocimiento, al final: la nada. El objetivo de la vida no es sino la serenidad.

"Toda la dignidad del hombre está en el pensamiento." Séneca.

Y también supo advertir el valor de la inteligencia, que nos hace apreciar hasta la última brizna de hierba meciéndose al viento, cambiando de color según el sol la ilumina.

jueves, diciembre 15, 2005

Culpa

El baldón de la culpa es algo que, desgraciadamente, tenemos que aceptar como país de tradición católica, explicó el profesor. Este país puede haber abandonado su catolicismo más evidente, puede haber dejado de acudir a la iglesia, pero, reconozcámoslo, sigue teniendo alma católica. Y no lo digo como un reproche, esto es una clase, y no estamos aquí para condenar creencias particulares, sino para intentar elucidar como ha afectado este sentimiento a la creación artística en este país.

La culpa, según mi entender, no ha generado grandes novelas aquí. No ha florecido, como quizá hubiera sido lógico que lo hiciera; no ha cuajado, no ha conseguido la gran novela española que queda por hacer. Y, eso, eso es lo que deberán trabajar para la semana que viene. Trabajo puntuable para la evaluación final.

Intenten escribir algo que merezca la pena.

lunes, diciembre 12, 2005

Operación

Después de un mes de convalencencia, hoy, por fin, podría retomar su vida. Aunque había que reconocer que había sido duro. La operación, (una intervención menor sin importancia, le habían dicho) no había llevado más de 45 minutos, pero, sin embargo, las curas posteriores a la intervención habían sido muy dolorosas. En las curas, la enfermera debía desprender las vendas con cuidado de no tocar las heridas, y a continuación limpiarlas con tintura de yodo. Esto era lo peor, pues para que el yodo entrara bien en la herida, la enfermera no tenía más remedio que tocar ligeramente los puntos y esa parte del cuerpo estaba tan sensible, tan habituada al castigo, que, incluso antes del contacto, el dolor se disparaba sin respetar las reglas del estímulo.

Miró con nerviosismo a la sala de la clínica. Fría y funcional, con algunas revistas de cotilleos o de coches con las que entretener la espera, uno de esos lugares que podrían estar casi en cualquier sitio. La permutabilidad de los lugares como éste añadía cierta preocupación difusa a su estado de ánimo, como cuando se preguntaba hacia dónde estábamos conduciendo el mundo y todas las respuestas que conseguía imaginar le resultaban desoladoras. Para él, estaba claro que esta tendencia a la uniformización, a la decoración sueca global, a las zapatillas con muelles en las suelas, no podía traer nada bueno. Lo que nos hacía humanos era la diferencia, por supuesto. Por eso había evolucionado nuestro cerebro como lo había hecho, para detectar las diferencias. Y estábamos ignorándolo. Estábamos, en última instancia, negando lo humano que teníamos en nuestro interior.

-¿Está preparado?, preguntó el doctor
-Sí, llevo esperando este momento mucho tiempo, gracias, repuso él.
-Acompáñeme, entonces, será mejor retirar el vendaje dentro.

Cuando después de unos meses, cicatrizaron las heridas, no podía creer lo parecido a Paul Newman que había quedado su rostro. Realmente, la publicidad decía la verdad respecto a aquella clínica de cirugía estética.

Plomo

Descubrió que la pesadilla en la que había llorado plomo, había sido sólo eso, una pesadilla.

Aunque debían haberle hecho recapacitar el hueco en el colchón y el agujero con bordes chamuscados en la sábana.

sábado, diciembre 10, 2005

Palomas

De tu pecho, palomas rojas
De tus ojos, mercurio.

Decadencia

Poco a poco, aplicadamente, el tiempo va cubriendo de musgo la pared. Los cambios de temperatura resquebrajan la pintura sin darse importancia, que cae al suelo dejando grandes rodales de piedra al aire. La humedad cubre las esquinas de las piedras. La hierba encuentra un hueco entre las losas del suelo. Las vigas se pudren, las grietas se abren.

Y en lugar de contemplar el lugar con añoranza, a mí, sin embargo, me gusta tal como está.

Envidia II

Otra de las virtudes que más envidio, si es que sigue siendo posible la contradicción de los términos, es la meticulosidad.

Ver a alguien paciente acabando sin pizca de prisa una tarea repetitiva. Verlo lleno de amor por las cosas bien hechas, por el proceso en sí, una cosa después de otra. Sin hacer lo siguiente antes de dar el tiempo necesario para que lo anterior se termine. Sin tener prisa por llegar, cumpliendo con las etapas del camino.

Pero qué frustración, oye, qué frustración.

lunes, diciembre 05, 2005

Digresión

"Por un lado, aspirar a dar una visión general de las cosas, por otro, saber que nada en el fondo puede explicar el mundo porque el mundo es eso: una gran digresión biológica, cultural, sentimental."

Carlos Marzal.

La idea de la digresión como explicación del mundo es uno de esos hallazgos que me hacen seguir buscando, aunque no sepa muy bien el qué.

sábado, diciembre 03, 2005

Viajes

Hoy, quinientos años después de que todo comenzara, los ojos de un niño indio y un niño gitano se han encontrado en el centro de Madrid.

Lamentablemente, al hablar, ninguno de los dos ha podido entender lo que el otro le ha dicho. Y es que en todo viaje hay cosas que se ganan y otras que se pierden.

lunes, noviembre 28, 2005

Antología mínima II

[...]
Soldado de la guerra perdida de la vida,
mataron mi caballo, casi no lo recuerdo.
[...]

Jaime Gil de Biedma, fragmento de "Antes de ser maduro"

La imagen de un soldado (un caballero) que no recuerda el nombre de su caballo muerto es la imagen perfecta del paso del tiempo.

En "La cuadratura del círculo" de Álvaro Pombo, uno de los fragmentos más emocionantes de la historia ocurre durante la iniciación del protagonista adolescente a la vida caballeresca. En él, su padre le cuenta que ha visto a los caballos llorar lágrimas de amor sobre los cadávares de los caballeros muertos en el campo de batalla.

Por eso, la imagen de un soldado (un caballero) que no recuerda el nombre de su caballo muerto es la imagen perfecta del paso del tiempo.

viernes, noviembre 25, 2005

Segundo plano

El corazón de los ordenadores, el procesador, la pequeña pastilla que realiza todos los cálculos, debe ocuparse de repartir su tiempo equitativamente. Si sólo existe un procesador, la única manera de realizar muchas cosas diferentes a la vez es dar un poco de tiempo a cada una de las tareas. Así, nosotros tenemos la sensación de que existen varias tareas realizándose simultáneamente. Un principio parecido al del cine y un trato justo, supongo.

Cuando una tarea no necesita que el humano lento que está delante de la pantalla se ocupe de ella, puede replegarse y esconderse, alojarse vete a saber dónde, en el espacio inexistente de la memoria de la máquina y desde ahí, humildemente, esperar que el procesador le asigne tiempo. A ésto se le llama ejecución en segundo plano.

Cuando algo nos obsesiona y enferma, nuestra mente se comporta exactamente igual que uno de los tontos ordenadores que nos circundan. Esa idea se repliega y se esconde, se aloja vete a saber dónde, y espera hasta que consigue el tiempo necesario para continuar existiendo.

Quizá deberíamos cambiar el nombre la tristeza por uno más actual, más acorde con la naturaleza de las cosas del nuevo siglo.

martes, noviembre 22, 2005

Hojas

Caen las hojas sobre el suelo. Y resulta extraño.

No por la estación, puesto que en otoño suele ocurrir, sino porque no deberían caer dentro de mi propia casa, dentro de la oficina en la que trabajo, ni tampoco dentro de mi cabeza.

viernes, noviembre 18, 2005

Etimología

Leyendo un ensayo en una revista de la Red, encuentra una palabra en inglés que no acaba de comprender: serendipity. Siempre ha sido para él una palabra familiar cuyo significado se le escapaba.

Va a un diccionario, y lee que la palabra designa la facultad de realizar descubrimientos afortunados. Sigue leyendo y descubre que la palabra proviene de un cuento persa denominado "Los tres príncipes de Serendip", en el que los personajes realizaban este tipo de hallazgos constantemente. Serendip era, por otra parte, el antiguo nombre de Sri Lanka en árabe.

También descubre que el responsable de que esa palabra haya arraigado en el idioma inglés es Horace Walpole, acuñador de ésta y 3.000 palabras inglesas más en el siglo XVIII.

Y por fin entiende la palabra.

jueves, noviembre 17, 2005

Tetris

—¿Qué hizo que Tetris adquiriese tanta popularidad?

—Nadie lo sabe. Ese es el gran secreto. Hay varias teorías. Una sostiene que el motivo está en la necesidad humana de vivir en orden y armonía. Uno tiene una situación aleatoria, caótica, y la misión es crear orden. La otra teoría dice que todos nuestros logros, los bloques que acomodamos, desaparecen tan pronto como se alinean. Entonces lo que tenemos frente a los ojos son todos nuestros errores terribles. Nos hace querer ordenarlos constantemente. Pero, insisto, en realidad, nadie lo sabe.

Extraído de una entrevista del creador de Tetris en 1984: Alexei Pajitnov

Pero mientras nos deslizamos en el sueño y la realidad se augujerea por las costuras, yo me pregunto por qué vemos las humildes piezas caer y oímos la musiquilla sonar.

Diccionarios

Digamos que el mundo es una figura, hay que leerla. Por leerla entendamos generarla. ¿A quién le importa un diccionario por el diccionario mismo?”. Rayuela, Julio Cortázar.

Pues a un filólogo, querido Cortázar, a un filólogo.

domingo, noviembre 13, 2005

Ahí

"Yo vivo y observo. Fíjese en esa planta, parece caña de azúcar, me gusta. Ahí donde miro hay cosas que me gustan. "

Cesaria Évora.

Todos podemos decir la verdad y decirla del modo apropiado en cualquier momento. Justo eso, yo siempre intento conseguir justo eso. Ahí donde miro yo.

sábado, noviembre 05, 2005

Envidia

La virtud que más envidio, si es que es posible la contradicción en los términos, es la austeridad. Ser capaz de vivir en un pequeño cuarto con cuatro libros. Apreciar la sencillez de la vida cuando se evita lo innecesario. Necesitar poco y aún así ser capaz de disfrutarlo todo.

Pero qué aburrimiento, oye, qué aburrimiento.

jueves, noviembre 03, 2005

Vértigo

Todo el mundo anda equivocado respecto al vértigo, pensó. Él creía haberlo sentido al asomarse a las presas, que llegan hasta abajo del todo y prolongan así la perspectiva artificialmente. Ahora, en cambio, estaba seguro de que el vértigo es lo que se siente cuando se abre el suelo a tus pies. Y no sabes dónde, al final, vas acabar cayendo.

Cables

Tocó el manojo de cables que se entrecruzaban. Se enredaban, se hacían un ovillo, se líaban unos sobre otros. Pensó en la maquinaria que quedaría muda y ciega si se atreviera a romper el nudo. Pensó en los sistemas que quedarían exhaustos, en toda la información que dejaría de llegar a su destino.

Por eso no se atrevía a tocar ahí. Mejor esperar que el nudo se deshiciera solo.

Pero no se atrevía porque los cables estaban en su estómago y alimentaban directamente su corazón.

Ofertas

Leía ofertas de trabajo para poder imaginarse en la piel de otras personas. Se veía lejos de la ciudad en la que vivía y lejos de su vida actual, trabajando en algo diferente, con nuevos amigos, con otro idioma, y, por qué no, con una mujer distinta.

En definitiva, leía ofertas de trabajo para poder imaginarse lejos de sí mismo.

lunes, octubre 31, 2005

Mi ciudad

Musgo y guijarros. Blancura. Y la tranquilidad de una ciudad de provincias un día laborable. Fotografías en blanco y negro a la orilla del mar en el lejano Japón. El nuevo libro de poemas de una niña brillante. Caminos desconocidos a los turistas.

Una buena mañana.

jueves, octubre 27, 2005

Especialistas

De repente un día, se levantó y no entendió como había llegado hasta allí. Lo que parecía seguir una vía, tener un propósito, se le antojó un sinsentido.
Había dedicado diez años de su vida a estudiar unos manuscritos antiguos. Diez años completos de su vida. Había escrito libros que a veces alababan las tesis de sus colegas y a veces entablaban feroces disputas con esos mismos colegas. Había vivido apasionadamente el mundillo de la investigación universitaria.

Y de repente, un día despertó, contempló el mundo y descubrió que no entendía nada. El mundo se había movido y él seguía estando donde siempre: en su estudio, con los facsímiles en la mesa.

viernes, octubre 21, 2005

Hallazgos

He encontrado una pareja coreana que proclamaba orgullosa su amor, deslumbrados aún después de seis meses. Sin ningún pudor, diciéndose cosas en público tan íntimas que sonrojan más por lo que tienen de verdaderas que por lo que tienen de cursis.

He encontrado sexo, fotografías de mujeres desnudas.

He encontrado una chica norteamericana con rasgos asiáticos con una página preciosa, con cuadros grises que enmarcaban fotografías en blanco y negro. Con textos delicados y medidos.

He encontrado una chica malaya que se dolía de que la mujer de su jefe, al que apreciaba mucho, había muerto de cáncer, dejándole una mancha negra dentro.

He encontrado la página de una candidata australiana a unas elecciones.

He encontrado páginas noruegas y surcoreanas en las que me ha resultado imposible distinguir algo más allá de los números.

He encontrado páginas brasileñas especializas en arte muralista, páginas de resistentes antisistema franceses, de solitarios gordos norteamericanos con crisis de ansiedad, de cursis adolescentes melancólicos.

Aquí, en la Red, he encontrado humanidad.

jueves, octubre 20, 2005

Joyería

Engarzar palabras requiere de la habilidad de los joyeros, capaces de engastar pequeñas piedras preciosas en huecos diminutos. La escritura está reñida con la prisa, dijo el escritor.

Las palabras no se engarzan, no se unen en una cadena. Las palabras se llaman unas a otras, cumpliendo así su destino, dijo el poeta.

Un personaje no es más que una ristra de palabras, dijo Stevenson.

¿Y yo qué soy?, preguntó, tembloroso, Bartleby.

Una palabra detras de otra, digo yo.

miércoles, octubre 19, 2005

El Sueño (con cariño)

El Sueño. Un terreno donde todo es posible porque todo lo real e imaginado forma parte de él. Un reino donde conviven sin problemas las comedias de Shakeaspeare con las pesadillas provocadas por el Holocausto, donde los reinos imaginados y los personajes de los relatos adquieren una consistencia parecida a la real. Donde el tiempo no existe o es diferente o no tiene ninguna importancia.

Un lugar desde donde nos mira el Hacedor de Sueños.

martes, octubre 18, 2005

Desmayarse (colaboración)

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso:

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso:

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño:

creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño,
¡esto es amor! quien lo probó lo sabe.

Lope de Vega (1562-1635)

Los poetas y los músicos, una especie aparte.

Epitafio

- Mamá, hoy en clase de latín he aprendido algo que me gustaría enseñarte: SIT TIBI TERRA LEVIS, que significa, mamá: “que la tierra te sea leve”.

- Qué bonito, hijo, ¿y qué quiere decir?

- Es lo que los romanos ponían en sus inscripciones funerarias. Si algún día muero, mamá, quiero que la lápida lleve estas palabras. Quiero que las palabras latinas aparezcan con caracteres romanos y con letra redonda la traducción. Y quiero que abajo a la derecha se graben unos versos de Gil de Biedma: “envejecer, morir / es el único argumento de la obra”

- Y, ¿por qué te ha dado por pensar en eso ahora, hijo?

- Será mi próximo cumpleños. No todos los días se cumplen sesenta, mamá

viernes, octubre 14, 2005

Valla

Juegan tozudos hierros y
silban al viento que arrima
rizadas palabras muertas.

Sangrantes a veces, ahítas
de porvenir las otras,
desgracia, fuerza y arcilla

miércoles, octubre 12, 2005

Palabras

Según la RAE, “iglesia de estatuto” es aquella en que ha de hacer pruebas de limpieza de sangre quien solicita ser admitido en ella. Las palabras se asocian de forma extraña. A veces.

jueves, octubre 06, 2005

Arte

Una escritora norteamericana escribe un relato y decide tatuar cada una de las palabras de ese relato a una persona diferente y destruir a continuación el original. El relato se fragmenta y se separa así para siempre.
Dos personas se cruzan en un aeropuerto y cada una de ellas lleva una palabra tatuada. Sus palabras pertenecen al mismo relato líquido aunque ellos no lo sepan.

"This" y "love" se encuentran anónimos en el andén sin reconocerse.


Un escultor decide, con la ayuda del departamento de robótica de una Universidad, crear un robot poeta.
El robot, cuyo cuerpo está hecho de material de deshecho, pide dinero como los poetas callejeros lo hacen a la puerta de las iglesias y al recibir la moneda compone un poema y lo lee. El poema dice: "El zapapico arqueolítico / es antipatriótico, / el clavicémbalo autógrafo es / asistemático, / el zueco aritmético es / áureo, / el vagabundeo acuático es / arquetípico".

Sus constructores no pueden creerlo cuando una de las veces el poema dice: "¡Oh llama de amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro! / pues ya no eres esquiva, / acaba ya si quieres; / rompe la tela de este dulce encuentro".


Un artista se encierra en su casa. Le aterroriza la idea de salir. Rehuye el contacto con los demás. Durante años acumula material de la basura que acaba formando parte de una serie de esculturas inestables en descomposición.

Un buen día decide quitarse la vida pero antes tiene la precaución de redactar su testamento. En su testamento lega sus esculturas de basura a sus hermanos. Hace treinta años que sus hermanos no saben nada de él, pero se alegran muchísimo cuando se enteran de que, gracias a un marchante de arte inglés, ahora son ricos.

miércoles, octubre 05, 2005

Ceniza

Una erupción en Centroamérica cubre de ceniza una zona habitada. Dos muertos. Sin nombre, como suele ser habitual cuando a la Naturalaza le da por reírse de nuestra arrogancia. La locutora de noticias advierte: ¡No son imágenes en blanco y negro! Pero lo parecen: ni un solo color en la pantalla, ni un solo color.

De repente aparece alguien con una gorra de un ajeno color rosa y deshace el encanto. Pero se queda en mí la advertencia de la locutora. En la longitud de onda del gris, el gris ceniza ha acaparado todo el espectro.

martes, octubre 04, 2005

Frivolidades

"El ciberespacio. Una alucinación consensual experimentada diariamente por billones de legítimos operadores, en todas las naciones, por niños a quienes se enseña altos conceptos matemáticos... Una representación gráfica de la información abstraída de los bancos de todos los ordenadores del sistema humano. Una complejidad inimaginable. Líneas de luz clasificadas en el no-espacio de la mente, conglomerados y constelaciones de información. Como las luces de una ciudad que se aleja...

William Gibson. "Neuromante". 1984

Esta es la primera vez que se utilizó el término ciberespacio, hoy en día tan manoseado y roto por el uso. Un párrafo seminal para la ciencia ficción.
Este párrafo marca la transición entre el modelo Imperio galáctico, el modelo de Asimov y George Lucas, de Fundación y Star Wars al modelo ciberpunk de Gibson y K. Dick de Neuromante y Blade Runner.

Una frivolidad.

viernes, septiembre 30, 2005

Arcádicos ambientes

Para leer esta novela hace falta una cierta disposición del lector hacia el intimismo y la aceptación de ambientes cálidos, algo arcádicos y donde la rememoración del pasado posea algún valor en justa correspondencia con el presente, porque ayuda a que éste sea más rico, más pleno de experiencias y más verdadero, en definitiva. Este orden de las cosas, optimista y cargado de filantropía, es parte sustancial de la tradición literaria británica y norteamericana, pero en la española tendría la cualidad de extraña fantasía. Aun y así, y cada vez en mayor número, hay una constelación de obras, literarias y cinematográficas, que se ocupan de esa región inexplorada del melancólico intimismo asociado a la memoria.

Extraído de una crítica del suplemento cultural de ABC. En fin, la primera frase explica por sí misma por qué, afortunadamente, no existe un club de escritores que analicen y glosen “El club de la buena estrella”.

Para convertirse en un escritor que haga aceptar al lector los ambientes cálidos, algo arcádicos y donde la rememoración del pasado posea algún valor en justa correspondencia con el presente y que además ésta contribuya a que el presente sea más rico, más pleno de experiencias y más verdadero hay que ser tremendamente cursi. Y punto.

Vergüenza (colaboración)

“La agricultura mundial, con el desarrollo actual, por primera vez en la historia puede alimentar sin problemas a 12.000 millones de personas, casi el doble de las actuales. Por eso, que un niño muera de hambre es un asesinato. Cien mil personas mueren cada día de hambre. Un niño de menos de diez años muere cada cinco segundos. La falta de vitamina A causa la ceguera a un niño cada cuatro minutos. El orden mundial es asesino y absurdo, porque mata sin necesidad.”

(De Jean Ziegler, relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, durante la presentación de su libro El imperio de la vergüenza.)

Fundido en negro

Desde que lo leí no ha parado de rebotar dentro de mi cabeza.

El artículo lo escribió en un periódico un catedrático de filosofía, Manuel Cruz, su título: “Ni la muerte es lo que era (Fundido en negro)”.

En resumen, después de una introducción en la que se muestran algunas de las señales que están escondiendo a la muerte en el extrarradio de las ciudades, como si fuera algo vergonzoso; y de mostrar que el absurdo antes asociado únicamente con ella, ahora es algo generalizado en todos los ámbitos; después de decir que incluso los ministros de la iglesia han dejado de poder hacerla comprensible a los creyentes, escribe su párrafo demoledor:

Ahora bien, ¿y si todo lo anterior tuviera otra clave de lectura? ¿Y si el signo de tales fenómenos fuera sencillamente el inverso, esto es, que, lejos de constituir la idea de muerte una de las damnificadas por esa tendencia a la absurdización a la que nos hemos venido refiriendo, a lo que estuviésemos asistiendo fuera precisamente a su rotunda victoria? Con otras palabras: que fuera la muerte la que estuviera contaminando de absurdo todo lo real, devorando el mundo por dentro, vaciándolo del más mínimo sentido. (...)

Y las palabras en negrita se han quedado ahí, y no se quieren ir, rebotan y rebotan. La imagen de un absurdo gusano devorando la realidad desde dentro, eliminando el sentido de todo, sigue ahí persistente. No se va. Dos días en mi cabeza. Se ha hecho fuerte la idea y no consigo desalojarla. No sé si durará mucho el sitio a la plaza. Pero ahí está. Ahí sigue, orgullosa. No quiere irse.Y se queda ahí porque esa idea, esa intuición que el doctor Cruz ha tenido, es poderosa y explica muchas cosas.

martes, septiembre 27, 2005

Pitol

“Siempre ha habido literatura de entretenimiento. El problema de hoy es que los autores que la fabrican se creen la publicidad, y luego exigen ser tratados como eminencias.”. Sergio Pitol en una entrevista publicada en El País.

Una frase divertida y brillante. Es cierto que muchos escritores hoy en día se toman demasiado en serio, pero resulta especialmente ridículo ver envanecidos a los que ni siquiera hacen literatura.

Pero toda la escritura gravita alrededor de la vanidad. No existe el escritor desconocido y secreto como no cae el árbol en medio del bosque si no hay nadie allí para verlo.

lunes, septiembre 26, 2005

Nomen Nominandum

Una noticia que encuentro en Internet viene a decir que en Noruega están construyendo una escuela repleta de ordenadores que hospedará un organismo artificial. Una pieza de net.art desarrollada especialmente al efecto. Un organismo cuya existencia transcurre detrás de los límites que impone la red de la escuela y que se llamará Nomen Nominandum.
Según las especificaciones técnicas que he podido leer, podrá vivir y crecer durante años, imitando, por supuesto, el comportamiento de los organismos vivos.
Si se le convoca desde una máquina de la red, puede que acuda y se quede con el convocante, siempre que no se aburra, claro, pues para jugar con el organismo hay que seguir ciertas reglas.
Como la mayoría de los organismos, duerme de noche, aunque en este caso concreto en una pantalla de plasma.
Además, puede estar de mal humor y al ser nórdico tiene derecho a un mes completo de vacaciones, que él decide cuándo tomarse.

Extraños días estos que nos ha tocado vivir.

Estupidez

Los ignorantes son los muchos, los necios son los infinitos; y así el que los tuviere a ellos de su parte, ése será señor de un mundo entero.”

Escrito hace más de cuatrocientos años. Quizá Gracián no se hubiera sorprendido demasiado de la gran ola de estupidez que asuela el mundo, pues un gran conocedor de la naturaleza humana debe, por fuerza, estar prevenido ante semajante espectáculo.

Por el contrario, a mí cada día me asombra un poco más. Quizá no haya perdido la esperanza del todo.

viernes, septiembre 23, 2005

Pasavento

Me gusta escribir por el mero hecho de escribir. Al igual que Walser, desconfío de que pueda comunicarse la angustia, encuentro a veces insuficientes y superficiales las palabras, aunque quizás sirvan precisamente para ocultar la angustia. Me gusta escribir por escribir, del mismo modo que hay viajeros que no viajan en busca de países remotos y de alicientes externos sino por el placer intrínseco de viajar.”
Enrique Vila-Matas. Doctor Pasavento

Al igual que Vila-Matas, a veces tampoco yo tengo claro sin las palabras, a la postre, sirven para algo. Pero en la esperanza de que así sea, aquí sigo.

jueves, septiembre 22, 2005

Secuencia aleatoria

Los ordenadores tienen serios problemas para generar una secuencia aleatoria de números. La forma en que fueron diseñados, para realizar las cosas de forma predecible, los inhabilita para el azar. Pero la realidad es analógica y caótica. Probablemente, la humanidad ha acabado construyendo una herramienta de cálculo que sin embargo, es incapaz de explicarla.

Quizás al final, advirtamos que nuestra fascinación por el orden y la geometría es algo meramente genético. Y la realidad, otra cosa.

Funes

El memorioso, claro, de Borges.

Ahora su percepción y su memoria eran infalibles.
Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho. Esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etcétera. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entre sueños.
Dos o tres veces había reconstruido un día entero; no había dudado nunca, pero cada reconstrucción había requerido un día entero.”


¿Cuántos de nosotros no hemos deseado ser como Funes?. El olvido es una tragedia, ojalá pudiéramos recordarlo todo.

Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso.”

Pero, olvidamos que el olvido nos hace tan humanos como el recuerdo.

martes, septiembre 20, 2005

Writing

Writing a book is a horrible, exhausting struggle, like a long bout of some painful illness. One would never undertake such a thing if one were not driven on by some demon whom one can neither resist nor understand. For all one knows, that demon is simply the same instinct that makes a baby squall for attention.” — George Orwell

Pues eso, que escribir un libro es una tarea inmensa que sólo deben emprender aquellos que están lo suficientemente seguros de soportarla. Oh, Musa, háblame de los sufrientes escritores, esforzados combatientes de la palabra.

Por eso yo escribo estas intrascendentes reflexiones. Porque no estoy hecho de esa pasta.

viernes, septiembre 16, 2005

Idiota

Existen frases que tienen la virtud de desmontar un mito por sí solas. Frases que, situadas en su contexto, conllevan tal carga, que enfangan ese mito y ya no se recupera nunca. Y me acabo de encontrar con una. De Sartre.

La frase en cuestión es “La ciencia no me interesa para nada” y es una majadería tal que ya no puedo creer en la supuesta brillantez e inteligencia del autor de “La náusea”.Que en pleno siglo XX alguien supuestamente inteligente diga algo así, sólo confirma que muchos genios sólo lo son por las miradas que los demás ponen en ellos.

miércoles, septiembre 14, 2005

Interés

Encontré el otro día en un periódico una cita de Josep Pla que ahora no recuerdo en su totalidad, pero que sí puedo parafrasear, pues recuerdo el sentido principal de su texto. Venía a decir que todo es interesante si se mira con la suficiente atención. Y en eso consiste mirar: en ser capaz de quedar deslumbrado por la maravilla del mundo.

Pero no como un niño, maravillado ante lo que no comprende, sino como un adulto, maravillado al comprender que no comprende nada.

lunes, septiembre 12, 2005

Pereza

Para un escritor vago
Nada como un público inexistente

jueves, septiembre 08, 2005

Fila

Ayer, mientras caminaba por mi ciudad, observé un fila de personas en la acera. Todas eran mayores e iban bien vestidas, como si fuera domingo y ellos los habitantes de una ciudad portuguesa de provincias esperando para ir a misa.

Pero no hacían cola en la Iglesia. Hacían cola en una sala de baile con orquesta en directo.

viernes, agosto 12, 2005

Declaración

(pequeño homenaje a Conrad)

Lo confieso, señor juez, en otro tiempo, yo también me conté entre las depravadas huestes de los frecuentadores de garitos y de casas inmorales. Un nihilista moral absoluto. Un cochino frecuentador de garitos, eso es lo que yo era en otro tiempo, aunque ahora me avergüence reconocerlo, Su Señoría. Pero el Señor, en Su Infinita Misericordia, tuvo a bien enviarme una señal, a la que me aferré como un náufrago se aferra a un madero a la deriva.

Ahora, después de una juventud chapoteando en las peores charcas de inmundicia, soy un cristiano renacido y he comprendido mi misión.

jueves, agosto 11, 2005

La Espera

De La Espera de Borges:

Vio trágicas historias del hampa; éstas, sin duda, incluían errores, éstas, sin duda, incluían imágenes que también lo eran de su vida anterior; Villari no las advirtió porque la idea de una coincidencia entre el arte y la realidad era ajena a él. Dócilmente trataba de que le gustaran las cosas; quería adelantarse a la intención con que se las mostraban. A diferencia de quienes han leído novelas, no se veía nunca a sí mismo como un personaje del arte.

Justo eso. La última frase, otro dardo certero. Los que hemos leído novelas (y mucho más, los que aspiramos, quizá inútilmente, a escribirlas) nos podemos ver como protagonistas de una trama literaria. Es una de las facultades de la novela. La suspensión de la individualidad. Nos difuminamos (fade away, qué exacto que es el inglés, a veces) literalmente en la trama de la novela. De ahí que nos duelan tanto las palabras de Stevenson citadas por Borges. “Al final, un personaje no es más que una ristra de palabras”.

Pues no, señor Stevenson, pues no.

martes, agosto 09, 2005

Recuerdos

Es curioso como funciona la memoria. Cómo parecemos extraer los recuerdos del informe montón de cascotes que nuestra vida va depositando en nuestra cabeza. Cantos rodados amontonados de cualquier manera en las márgenes.
Quizá al final sólo seamos material de aluvión.

lunes, agosto 08, 2005

Beso

El bar estaba igual. Eso pensó cuando vio su entrada, igual que la recordaba. Más de veinte años y ni una sola reforma. Seguramente, los dueños habían conseguido ganar con el bar el dinero justo para mantenerlo en funcionamiento y nunca pensaron en reformarlo. Una clientela más o menos habitual de personas de mediana edad y chavales es busca de meter mano a su novia. Dos plantas y todo más ajado, todo más sucio, todo definitivamente anticuado. El lugar donde le habían besado de verdad por primera vez aún existía. Pareciera que el trabajo de mantener todos esos años el bar abierto lo habían hecho sólo para que él pudiera visitarlo. Después de que yo me vaya, imaginó, pondrán un triste cartel de venta en la puerta, aunque hayan tenido la delicadeza de permitirme contemplar el lugar por última vez.

Lo recordaba perfectamente. A él. Le habían dado un beso de verdad a él, no a cualquier otro de los de la pandilla del instituto. No a los demás, de los que admiraba la desenvoltura con todo aquello que les hiciera parecer más adultos. No. A él, que hubiera dado lo que fuera por cambiarse por alguno de sus amigos. Tan modernos, tan capaces con las chicas y todo lo demás. A él. Y se lo habían dado de verdad, no en una de esas ruedas de juegos de adolescentes en las que los menos agraciados conseguían su primer beso. De verdad. Ahí enfrente mientras tomaban una cerveza y sonaba la música. La chica, Esther se llamaba, le había besado y días más tarde le había recriminado que no le dijera que era su primer beso, le había dicho que le hubiera hecho mucha ilusión saberlo.

Cómo contar eso a tu primera chica de verdad, que además era mayor que tú: que era la primera, que eras un completo inexperto, que no tenías ni idea de chicas ni de besos ni de sexo. Que esa noche te costó trabajo dormir. La importancia de todo aquello para tí.

sábado, agosto 06, 2005

Fin

Acabo de leer que existe una página web cuyo servidor está conectado a una rana muerta. Lo fundamental es que los usuarios de la página pueden mover las ancas de la rana a distancia. Bendita electricidad. Por lo visto, formaba parte de una exposición mayor de eso que se ha dado en llamar net.art: “Experiments in Galvanism”.

No sé qué pensar. Quizá ha llegado el fin del mundo y no lo hemos advertido. Sutil y silencioso. Murmurando.

viernes, agosto 05, 2005

Entrañablemente

Entrañablemente: con sumo cariño, con la mayor ternura.
Entrañablemente. Entrañ-able-mente. Entraña.
Entraña, evolución de interanea, “intestinos” en latín.

El cariño y la entraña. Las palabras no mienten

Caminos

Un rápido apunte.

Una nota que lleva a una nota que lleva a una crítica que lleva a un autor: “Qué mamúa padre. The doors of perception, by Aldley Huxdoux. Get yourself a tiny bit of mescalina, brother, the rest is bliss and diarrhoea.” de Rayuela.

Descubro así que:

A Cortázar le gustan los anagramas.

Aldous Huxley escribió “The doors of perception” en la que habla de su experiencia con la mescalina. La distopía “Un mundo feliz” (Brave New World) que tanto ha inspirado a nuestros mayores (de la misma manera sutil e inconsciente que las películas de serie B de lo años 50 y 60 han inspirado a nuestros arquitectos) puede ser el resultado de una ensoñación paranoica empapada de mescalina. Esperamos que así sea. Este libro inspiró a Jim Morrison a la hora de buscar nombre para su grupo de música. Jim Morrison también murió empapado.

Tal y como nos muestra el comentario de Mario Benedetti, hay más hilos invisibles: “Casi todos los críticos que han comentado Rayuela, al hablar de la técnica del libro se han acordado de Eyeless in Gaza (Con los esclavos en la noria) de Aldous Huxley”

Julio Cortázar, Aldous Huxley y Jim Morrison formando parte de la entretejida historia de las referencias literarias.

Julio Cortázar, Aldous Huxley y Jim Morrison están muertos. Aunque no tenga importancia, dada la profesión que eligieron.

miércoles, agosto 03, 2005

Eco

Tal y como afirma Umberto Eco en “La búsqueda de la lengua perfecta”, la lengua perfecta debería ser omniefable, capaz de dar cuenta de toda nuestra experiencia, física y mental.

Y así, la labor del poeta desaparecería, por innecesaria. La metáfora, la intuición, la analogía dejarían de tener sentido y entonces, sí, seríamos como máquinas perfectas, pulidas y brillantes, listas para los mejores cálculos, para las mejores deducciones. Nos preguntaríamos en nuestra lengua perfecta por qué nuestro destino ha de ser tan arduo y lamentaríamos profundamente que toda esa fría belleza sirviera al cabo para alimentar la tierra.

Nosotros, perfectos y fríos humanos mortales.

martes, agosto 02, 2005

El oso

Cuando despertó, William Faulkner ya estaba allí:

Pero había sucedido. Se habían mirado el uno al otro, habían emergido ambos de la inmensidad salvaje y vieja como la tierra, sincronizados en aquel instante merced a algo más que la sangre que anima la carne y los huesos que sustentan el cuerpo; y se tocaron, y se comprometieron a algo, y afirmaron algo más duradero que la frágil urdimbre de huesos y carne que cualquier accidente podía aniquilar.”

O de cómo el encuentro entre un niño y un oso nos habla de lo que ya hemos perdido.

jueves, julio 28, 2005

Antología mínima

Antonio Machado

Yo estoy en paz con los hombres
y en guerra con mis entrañas


Pedro Salinas
(y un poco nuestro también)

Horizontal, sí, te quiero.
Mírale la cara al cielo,
de la cara. Déjate ya
de fingir un equilibrio
donde lloramos tú y yo.
Ríndete
a la gran verdad final,
a lo que has de ser conmigo,
tendida ya, paralela,
en la muerte o en el beso.
Horizontal es la noche
en el mar, gran masa trémula
sobre la tierra acostada,
vencida sobre la playa.
El estar de pie, mentira:
sólo correr o tenderse.
Y lo que tú y yo queremos
y el día - ya tan cansado
de estar con su luz, derecho -
es que nos llegue, viviendo
y con temblor de morir,
en lo más alto del beso,
ese quedarse rendidos
por el amor más ingrávido,
al peso de ser de tierra,
materia, carne de vida.
En la noche y la trasnoche,
y el amor y el transamor,
ya cambiados
en horizontes finales,tú y yo, de nosotros mismos.

Luis de Góngora

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o viola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

martes, julio 26, 2005

Necrológicas

Una ráfaga.

Me sorprende la rapidez con la que aparecen las necrológicas y demás halagos post-mortem en los periódicos. Se muere un escritor, por ejemplo, y rápidamente surgen decenas de textos en decenas de periódicos glosando la figura. En buena lógica, debe existir un archivo de necrológicas preparadas, para escritores y demás figuras públicas en edad provecta.

Es de suponer que los textos de este archivo imaginado, al tratarse de textos sin urgencia (al menos sin más urgencia que la que imponga la muerte en su baile), han de encargarse a los menos ocupados de los redactores o a los que hagan trabajos de menor responsabilidad. Han de entregarse, sin lugar a dudas, a los becarios.

Y ahora me imagino a un becario consultando la guía de estilo para la escritura de esa necrológica. Consultando directrices del estilo de “trátese el tema de forma delicada, ensálcese lo bueno e ignórese lo malo, evítese caer en la sensiblería y en el adiós lacrimoso y cítense con profusión los halagos de amigos, compinches y colegas” para escribir la necrológica de un maestro de las letras. Y veo sus dudas, sus borradores, el peso de la responsabilidad si es que se ha interesado por los otros usos que se le dan a las palabras.

Y aunque el destinatario siga vivo (ignorando, claro, las palabras que se balancean sobre su cabeza, la muerte inexistente pero ya lamentada), veo la satisfacción, oculta.

Cada palabra, un clavo en el ataúd.

Descripción

Durante un largo viaje en autobús, mientras miro por la ventana, recuerdo un pasaje de una novela, en el que un hombre anciano y ciego siempre pide más detalles cuando su joven asistente (el protagonista) le describe el mundo. Y pienso en la descripción, en la inabarcable amplitud de la descripción.

Pienso en ello al hilo de un atardecer en La Mancha. Y lo pienso mientras contemplo las nubes, el color del cielo, los reflejos del sol que todavía no acaba de ponerse.

Pienso que la minuciosidad puede acabar enredándonos, haciéndonos perder en un mar de palabras. Porque una simple nube no es ni mucho menos simple. Podemos decir: “En la esquina del cielo una nube blanca parecía mirar interrogativamente hacia el horizonte”, aunque todos sepamos que una nube no se agota en el hecho de ser blanca. Y también podemos decir. “En la esquina del cielo, una nube, con un extraño color blanquiazul, se asemejaba a esas paredes de lascas de pizarra que quedan al descubierto al hacer una carretera. A su lado, su hermana mayor era de dos colores: el hinchado vientre de color amarillo anaranjado y la espalda gris, como un recordatorio de que lo luminoso siempre tiene un reverso más oscuro, de que en cualquier momento, lo gris acecha” aunque también sepamos que los colores de las nubes no son más que distintas longitudes de onda de la luz que reflejan.

Lo sabemos y aún así nos atrevemos a describir lo que pasa ante nuestros ojos. Bendita naturaleza humana. Como si sirviera de algo. Como si fuera posible.

miércoles, julio 20, 2005

Destello

Solo reseñar que la tupida trama de la realidad a veces deja escapar un destello. Que se llama casualidad.

Antonio Muñoz Molina recorre las calles neoyorquinas en su último libro (¿o en la realidad?), siempre acompañado de un cuaderno azul en el que registra sus impresiones y en el que va dejando aparecer poco a poco una novela que se llama “Ventanas de Manhattan” y que estaba buscando un autor.

En “La noche del oráculo” de Paul Auster, Sydney Orr, recorre Nueva York (quién sabe si incluso las mismas calles que Antonio Muñoz Molina) después de una enfermedad que le ha mantenido alejado de la escritura y sólo consigue recuperar el deseo de contar historias después de adquirir un bonito cuaderno azul en una misteriosa tienda.

Una mera casualidad.

Constelación

La constelación de las letras: todas las obras literarias de la historia, todo el lenguaje que alguna vez ha sido, compartiendo un espacio imaginario. Un espacio donde el tiempo no existe y un autor vivo puede influir sobre uno muerto, pues después de una obra que explique un escrito anterior, ya no volvemos a leer el original de la misma manera. Francisco Rico influyendo en la manera en que leemos el Quijote. Borges en Dante y Dante en Homero.
Un espacio donde tus amigos pueden, tiempo ha, haberse convertido en polvo y sin embargo ser más próximos que esos que se hacen llamar tus contemporáneos.

Una galaxia formada por libros. Un campo gravitatorio. Los libros con más masa, y por tanto, aquellos que ejercen con mayor ímpetu la fuerza de la gravedad, rodeados por infinidad de pequeños satélites, otros libros creados bajo su influjo: glosas, comentarios, exégesis, etc. Y como en el universo, la relación de fuerzas cambia, y aquellos que fueron centro de grandes sistemas estelares, desaparecen; a veces con una explosión, y a veces con el diminuto olvido, convertidos en pequeñas enanas marrones.

Mi galaxia.

lunes, julio 18, 2005

Ferlosio

Leo en "La Forja de un Plumífero", un opúsculo de Sánchez Ferlosio en el que cuenta, en tono autobiográfico, los inicios de su carrera de escritor (una pequeña venganza mía puesto que siempre huyó conscientemente de esa profesión y ese destino), que este gran lingüista y escritor consumió anfetaminas durante muchísimos años.

Sánchez Ferlosio utilizaba las anfetaminas para sumirse en períodos febriles de creatividad. Según cuenta, trabajaba durante 4 días seguidos con sus noches (sin dormir, por supuesto, de ahí las anfetaminas), dormía durante 24 horas seguidas o más y después pasaba tres días completos con su hija visitando museos o el zoo.

Creo que, actualmente, debido a condicionantes propios de la edad ha abandonado ese hábito ligeramente malsano. Sin embargo, reivindica las anfetaminas como la mejor aportación humana a la química desde hace décadas (incluso menciona en el texto con cariño a quien fue su proveedor durante un largo período).

Lo que realmente me llama la atención es la imagen. La imagen del gran maestro en un ataque de actividad intelectual. Lo puedo imaginar despeinado, con un batín raido, en un propia casa, en su habitación o esquina de trabajo. Los libros, revistas y demás papeles se acumulan sin orden ni concierto, los menos consultados acumulando polvo y los más leídos casi desencuadernados por el uso. Puedo ver al gran Ferlosio escribiendo de forma desenfrenada con su caligrafía deconstruida y desestructurada, su cabeza un verdadero hervidero de ideas. Loco, con los ojos inyectados en sangre, casi cediendo al agotamiento que acabará con él en la cama durante un día completo. Y lo que siento no es extrañeza ante esa estampa ni preocupación ante un hombre tan evidentemente enajenado. No. Lo que siento es mera envidia.

jueves, julio 14, 2005

Contoneo

Ayer fui a una actuación flamenca. Baile, concretamente. Y salí con la impresión de que el misterio (el mismo misterio de siempre, esa línea que nos separa de lo intuido y no conocido) se presentó por allí.

La bailaora estaba taconeando suavemente, provocando un repiqueteo amortiguado con la punta de los zapatos y los tacones. Los tacones cada vez iban más rápidos y ella se desplazaba desde el fondo del escenario hacia el público, aumentando la velocidad, alcanzando por momentos el frenesí controlado que destila el buen flamenco. Y de repente, se paró. En el aire. Hizo dos movimientos, dos contoneos con el pie derecho levantado del suelo y lo vimos. El misterio.

martes, julio 12, 2005

Caer

Lo peor no fue soñar que caía a gran velocidad, pues por lo visto es un sueño que mucha gente ha tenido en alguna ocasión. Lo peor fue no despertar al llegar al suelo.

lunes, julio 11, 2005

Ternura

Dos yonquis muy deteriorados se abrazan bajo un saco de dormir, indiferentes al ruido del centro de la ciudad y esa imagen me provoca una oleada de ternura dificil de explicar.
No puede existir en el mundo un matrimonio con ese grado de compromiso. Se han comprometido a morir juntos, desvaneciéndose progresivamente, ayudándose a dejar la existencia.
Juramentados hasta el final, juntos compartirán ese resplandor blanco que aguarda un día cualquiera al final de una jeringuilla hipodérmica. Juntos.

jueves, junio 30, 2005

Perdigones

Andrés estaba mirando la fotografía intentando convocar sus recuerdos. Había encontrado esa foto en el maremágnum de fotografías del ordenador, la había impreso y ahora la observaba con atención. En la fotografía aparecían tres perdices, cada una en una jaula verde de rejilla en forma de bala de cañón, tal y como suelen ser las jaulas para el reclamo, cada una de ellas con su nombre grabado en la base. Perdigones, igual que a los granos de acero con los que los cazadores rellenan sus cartuchos, en su tierra a las perdices macho para reclamo se les llamaba perdigones.

Su abuelo había sido cazador y paulatinamente empezó a recordar el pequeño cuarto donde tenía sus perdigones y sus arreos. El ruido que hacían los animales en la época de celo: un zureo grave que a él, cuando era sólo un niño y visitaba el cuarto, le llamaba particularmente la atención. Y al igual que en la fotografía, los perdigones de su abuelo también tenían nombre. No le parecía a Andrés que poner nombre a una perdiz fuera algo común, aunque quizá todo el mundo ponía nombre a sus mascotas. Pero, tal y como le dijeron alguna vez, lo más importante de este tipo de caza era el reclamo. No había triunfo mayor que un buen reclamo. También contaba la puntería, claro, pero el verdadero fracaso sólo ocurría si el perdigón no cantaba y no conseguía atraer a otras perdices.

Recordaba perfectamente el olor. Un olor indescriptible a animal sin pelo que no suda. A mierda de pájaro y a grasa de caballo, que su abuelo utilizaba para mantener el zurrón, la canana y la funda de la escopeta, todos de cuero. Un olor que ahora, treinta años después, casi podía notar en la nariz. El cuarto era pequeño, pintado de blanco y verde. De ese mismo color eran las jaulas y los soportes de madera en que se apoyaban. Recordaba también una estantería metálica, de esas para los archivadores de oficina, incongruentemente atornillada a la pared. Esa misma pared en la que los arreos se balanceaban colgando de los clavos. En la pared del fondo, un ventanuco permitía mirar a un patio, en la parte de atrás de la iglesia, con flores y macetas.

Cuando pequeño, no entendía la caza con puesto. No entendía como hombres hechos y derechos podían pasar varios días en el campo para acabar trayendo a casa seis u ocho perdices si tenían suerte. Solía preguntar cómo se cazaban las perdices y su abuelo le hablaba de las interminables esperas, camuflados para no levantar la presa, inmóviles, sentados en un taburete plegable de tres patas que se podía cargar al hombro. Quizá sea él ahora el único que recuerda aquellas cosas. Un recuerdo recreado e imaginado, no vivido, aunque eso no constituya una gran diferencia. No está seguro de que su abuelo pueda recordar sus jornadas de caza. Últimamente, recuerda bien a los amigos de la juventud y sus días en el pueblo, pero no es capaz de acordarse de la edad de Andrés o del nombre de su mujer. Es una putada envejecer de esa forma, desvaneciéndose en vida.

Ahora Andrés se preguntaba de qué hablarían su abuelo y sus amigos en aquellos días, extrañamente masculinos y naturales, sin mujeres y sin niños, durmiendo al raso. No se imagina de qué hablarían aquellos hombres. De los nietos o de gente que ya no está en este mundo, de gente conocida por el apodo de su familia, supone. O del pasado. Quién sabe. Quién sabe donde habrán ido esas conversaciones. Daría lo que fuera para que su abuelo pudiera recordarlas con claridad. Para que pudiera recuperar la historia de su vida. Para que pudiera contarle y contarse la manera de afirmar la escopeta en el hombro que casi siempre le procuraba una pieza.

Si no somos más que la autobiografía que nos contamos a nosotros mismos, ¿qué nos queda si perdemos la memoria?.

martes, junio 28, 2005

Arte

No entiendo por qué los críticos de arte, los redactores de catálogos y los catedráticos de Estética forman parte de esa conjura internacional para oscurecer el significado de las palabras. Y si no, qué me dicen de esto: “Entre la metafísica de lo concreto y el simulacro presentes en la figuración contemporánea hasta los últimos desarrollos de la realidad aumentada, superponiendo a la representación de lo dado la virtualidad de lo creado, encontramos el espectro de variables que articulan hoy el lugar del paisajismo.”, extraído del comentario a alguno de los actos culturales del Sónar barcelonés.

Veamos. Poco a poco. “La metafísica de lo concreto”. Parece que la acepción del diccionario que mejor se ajusta a esta expresión es “Parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras.”. Por tanto, tendríamos que suponer que la figuración contemporánea es una corriente que se ocupa de las propiedades, principios y causas primeras del ser de lo concreto, entre otras cosas, claro. Pues vale. Concienzudamente ignoro lo de la disyuntiva entre la metafísica de lo concreto y el simulacro. Que no, vamos.

Los últimos desarrollos de la realidad aumentada”. Esto también tiene su miga. La realidad aumentada. Supongo que se refiere al hecho de que las representaciones de la realidad la aumentan en cierta manera. Terminología de los mundos virtuales. Cuando, en realidad, las imágenes y representaciones de la realidad siempre han existido y siempre la han aumentado. ¿Qué es si no la constelación de la literatura?. ¿Aquello que decía un profesor mío de que leyendo uno puede tener los amigos que quiera, independientemente de si están muertos o no?. ¿Qué hay de los personajes sólo inexistentes en la realidad?. ¡Ay!, si Bartleby levantara la cabeza.
Y no sigo. Que me pierdo.

Surrealismo económico

¿Quién decía que el surrealismo murió cuando Dalí se fue a hacer compañía a Gala?. De mi habitual forrajeo:

Generamos ingresos sirviendo anuncios de texto de Google en nuestra página GWEI.org. Con este dinero automáticamente compramos acciones de Google por medio de nuestra cuenta electrónica en un banco suizo. ¡Compramos a Google por medio de su propia publicidad! Google se devora a sí mismo -- ¡pero al final será nuestro!
Al establecer este modelo deconstruimos [sic] los nuevos mecanismos de publicidad global al convertirlos en modelos económicos surrealistas basados en un clic. Inyectamos un virus social ("compartamos sus acciones"; "let's share their shares") en el cuerpo comercial escondido debajo de una educada y amable superficie gráfica


Me gusta particularmente lo de los “modelos económicos surrealistas” y la imagen de Google devorándose a sí mismo. Está claro que la Red es un lugar (o mejor infinidad de lugares que acaban por convertirse en un no-lugar) donde la recolección de imágenes, pensamientos, textos, ideas no tiene fin. Y donde mucha gente está interesada en hacer pensar a mucha otra gente.

sábado, junio 25, 2005

Biblioteca Africana

Acabo de recordar la historia de un africano descendiente de españoles, administrador de una biblioteca que se ha mantenido unida durante cientos de años. Desperdigada por África, resistiendo a los traficantes de los libros de viejo. Buscar y ampliar.

Ampliado. Su nombre es Ismael Diadié, descendiente de toledanos del siglo XV, su familia ha conseguido mantener la biblioteca unida durante cinco siglos, y, lo que es aún más sorprendente, en África.

Descubro que ha conseguido habilitar un edificio en Tombuctú (qué resonancia misteriosa tiene este nombre) para conservar la biblioteca.

Lo mejor es que ha escrito un libro junto con Manuel Pimentel (ex ministro de trabajo con el PP, dimitió por el trato que el gobierno pretendía dar a los inmigrantes, andaluz, novelista, no sé si bueno y ahora glosador de anécdotas sabrosas) que se llama “Los Otros Españoles. Los manuscritos de Tombuctú: Andalusíes en el Níger” que paso a buscar.

Lo encuentro. Ediciones Martínez Roca (no me suena, supongo que será una editorial pequeñita). Veremos. Consulto su página web y tengo que confesar que no me da buena espina: templarios y masones y un libro de Hernán Migoya, el autor efímero, arrastrado a la fama por la publicación de un libro en el que (es de suponer que de forma sarcástica, claro; no sé, no lo he leído) se elogia a los violadores y a los maltratadores y se afirma que todas las mujeres son igual de putas. No me gusta. Creo que voy a buscar más referencias de la editorial. Voy a los suplementos culturales. Ahora vuelvo.

Cuatro referencias en Babelia: la primera, de una biografía de Juan Pablo II, mal vamos; la segunda es mucho mejor, Naguib Mahfuz, premio Nóbel egipcio en 1988, todas sus obras son de esta editorial; la tercera repite el nombre del egipcio y la cuarta el nombre del difunto papa. Descubro un pequeño logotipo en el extremo inferior derecho de la página web: la editorial pertenece al Grupo Planeta.

Bien, aunque no estoy convencido del todo, busco el libro en la Casa del Libro, para ir a comprarlo hoy si tengo un rato. En el caso de que la prosa no me guste, conseguiré igualmente datos para documentar la historia. Aunque de seguro que Ortega se revolvería en su tumba al oír que alguien llama a los andalusíes españoles. El libro está. 350 páginas. 17 euros. No debo tardar más de dos días en leerlo. Exámenes.

Como ocurre siempre con estos devaneos virtuales, una cosa me lleva a otra. De Ismael Diadié, a Naguib Mahfuz. De Mali a Egipto.

He terminado el libro. El estilo no es maravilloso, pero la historia es ciertamente curiosa. Sobre todo para un andaluz. Como nuestra Historia (tal y como ocurre con todas la historias nacionales) ha sido convenientemente depurada de personajes ajenos a la ideología oficial, no hemos llegado a conocer las hazañas de los andaluces renegados y moriscos. Gran pérdida.

Lo dijo con más autoridad Luis Cernuda en 1935, como se puede leer a comienzos del libro: “Pero si Italia pretende continuar la tradición romana, es España la tradición árabe ha sido casi olvidada. Pocos son quienes recuerdan o quienes conocen a los poetas y filósofos, a los artistas árabes españoles. Y sin embargo son nuestros, tanto como los de tradición castellana

Personajes como Es-Saheli, el poeta arquitecto, creador de la arquitectura sudanesa, tan representativa de África o Alí Ben Ziyad, el último godo convertido al Islam y miembro de una familia importante en Tombuctú no nos dicen nada. Gran pérdida.

viernes, junio 24, 2005

Azar

"El azar no existe; lo que nos parece casual emana directamente de las fuentes más profundas." SCHILLER


Esta frase, de mi recolección habitual en Internet, encierra una gran verdad que me ronda por la cabeza últimamente. Las casualidades no existen, algo tiene que encerrarse en su interior. El azar es una fábula. La suerte se comporta según leyes que no conocemos y que, lo que es peor, no aspiramos a conocer.

Adaptation

La película “Adaptation” de Spike Jonze vuelve a tocar el tema preferido de su guionista, Charlie Kaupfman, él mismo. Qué hartura ya de ese juego de espejos entre realidad y ficción, entre narrador y autor, con novelas dentro de novelas y guiones que reflejan el proceso de escribir un guión.
Si estuviéramos en los años 20, escribiría un manifiesto en el que se reclamara la vuelta a las historias decimonónicas (¿qué tal retrorrealismo como nombre para mi movimiento?). Volvamos de una vez al narrador omnisciente que nos cuente una historia que nos interese.
La técnica admira pero no emociona, sorprende pero no conmueve. Y todos queremos ser conmovidos.

Lobo

Lobo Antunes. Interesante personaje. Una vez leí una entrevista que le hicieron, en la que decía que organizaba su vida como un adicto, pero que su adicción era la escritura. Que escribía de 14 a 16 horas al día, que todo giraba en torno a su funesta manía de plasmar pensamientos en un papel. Que vivía una existencia vicaria, puesto que no podía evitar ver los acontecimientos de la vida con los ojos del escritor, lo que le alejaba fatalmente del dolor y la alegría y lo distanciaba de su propia vida. Siempre intentando sacar partido para afinar un poco más su ciencia.

“El libro tiene que ser una máquina implacable que se mueve triturándolo todo. Una frase bonita no puede entorpecer su eficacia. Las frases bonitas no pertenecen normalmente al libro, pertenecen a tu vanidad”. Exacto. Diáfano. Perfecto.