jueves, octubre 06, 2005

Arte

Una escritora norteamericana escribe un relato y decide tatuar cada una de las palabras de ese relato a una persona diferente y destruir a continuación el original. El relato se fragmenta y se separa así para siempre.
Dos personas se cruzan en un aeropuerto y cada una de ellas lleva una palabra tatuada. Sus palabras pertenecen al mismo relato líquido aunque ellos no lo sepan.

"This" y "love" se encuentran anónimos en el andén sin reconocerse.


Un escultor decide, con la ayuda del departamento de robótica de una Universidad, crear un robot poeta.
El robot, cuyo cuerpo está hecho de material de deshecho, pide dinero como los poetas callejeros lo hacen a la puerta de las iglesias y al recibir la moneda compone un poema y lo lee. El poema dice: "El zapapico arqueolítico / es antipatriótico, / el clavicémbalo autógrafo es / asistemático, / el zueco aritmético es / áureo, / el vagabundeo acuático es / arquetípico".

Sus constructores no pueden creerlo cuando una de las veces el poema dice: "¡Oh llama de amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro! / pues ya no eres esquiva, / acaba ya si quieres; / rompe la tela de este dulce encuentro".


Un artista se encierra en su casa. Le aterroriza la idea de salir. Rehuye el contacto con los demás. Durante años acumula material de la basura que acaba formando parte de una serie de esculturas inestables en descomposición.

Un buen día decide quitarse la vida pero antes tiene la precaución de redactar su testamento. En su testamento lega sus esculturas de basura a sus hermanos. Hace treinta años que sus hermanos no saben nada de él, pero se alegran muchísimo cuando se enteran de que, gracias a un marchante de arte inglés, ahora son ricos.

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