martes, enero 31, 2006

Reflexión en tres tiempos

El pasado es un peso que arrastramos,
y el futuro un tiempo que simula
ayudarnos a veces a arrastrarlo.
Se parece el pasado a un licor fuerte
que corrompe el aliento y que a menudo
nos repite en la boca del estómago.

El futuro es un hambre, y el presente
no consigue saciar ese apetito.
El presente es un tiempo tan ligero
como el agua que corre: no alimenta,
aunque acabe pesando como el plomo.

Jamás hallé en el tiempo el equilibrio,
ni estuve satisfecho con mi tiempo.
Los tres tiempo son uno en cualquier tiempo:
este tiempo del hambre y a la vez
un tiempo de desganas y hartazgos.

"Reflexión en tres tiempos". Vicente Gallego

Me gustaría comentar la reacción que me han provocado los versos, pero no tengo palabras.
Me gustaría explicar por qué los tres primeros se me han quedado soldados, pero basta con leerlos.

viernes, enero 27, 2006

De la realidad

Cuando los soldados, cubiertas las armaduras de polvo y la cara de sudor, consiguieron subir aquella loma, quedaron tan fascinados por lo que vieron que perdieron la facultad de hablar durante largos minutos. Una inmensa extensión salpicada de edificios multicolores les esperaba al final del camino. Los edificios tenían forma piramidal y estaban pintados de vivos colores; se veían plazas enormes donde una multitud iba de aquí para allá; y dominándolo todo, al fondo, destacaba una enorme construcción rematada en oro.
Después de un rato, sus lenguas acabaron por recordar cómo debían moverse para emitir sonidos, y entonces, Rui Pedro de Montilla, no pudo evitar decir: “parece cosa del Amadís” a lo que todos asintieron con convicción. Sí, parecía cosa de ficción y no una ciudad que existiera de verdad, que tuviera un nombre, aunque fuera un nombre como Tenochtitlan.

Cuando Juan Cabrillo, avistó por primera vez el puerto de San Diego recordó un nombre que aparecía en el libro “Las Sergas de Esplandian”, de Garci Ordoñez de Montalvo, un libro que, cuenta las aventuras del hijo de Amadís de Gaula. Ese nombre, de resonancias griegas, sería perfecto para bautizar la nueva tierra conquistada. Ese nombre era California.

Cuando pienso en la realidad y la ficción, a veces llego a la conclusión de que están tan entretejidas que muchas veces no sé donde empieza una y acaba la otra.

Whewell

Hasta 1840, los científicos eran llamados filósofos naturales. Es en la obra The Philosophy of the Inductive Sciences scientist cuando William Whewell acuña el sentido de “scientist”(científico) con el significado que hoy todos conocemos.

Y esto, que parece sólo otra nota al pie en la historia de la humanidad, comenzó la imparable carrera por la especialización que nos ha conducido a dónde estamos. Para bien y para mal.

Los griegos estudiaban la música y la geometría juntas. Aldo Manunzio, editor humanista y veneciano del siglo XVI, era capaz de leer latín, griego, árabe, hebreo, tan sólo para poder editar los libros. No hace falta mencionar a Leonardo pero quizá sí a Enrique de Villena, humanista español del siglo XV, capaz asimismo de hablar gran cantidad de idiomas, interesado en la ciencia, poeta y escritor. La historia está llena de fascinantes personajes que se atrevieron a intentar entender el mundo que les había tocado vivir.

Gracias a Whewell, sin embargo, un personaje como Sartre, escritor de “La Náusea”, obra fundamental del siglo XX para muchos, pudo decir aquella idiotez: “A mí la ciencia no me interesa para nada”.

martes, enero 24, 2006

Murdock

William Murdock, inventor de la locomoción a vapor con veinte años de antelación con respecto al que luego acapararía los honores, Richard Trevithick, fue, a pesar de haber pasado a la historia en las notas al pie de página, alguien, a su modo, mucho más importante. En lugar de inventar la locomoción, inventó algo que cambió de forma más profunda y duradera el mundo; no el mundo físico, que, una vez inventada la locomotora, no volvió a ser el mismo, sino el espiritual.

William Murdock inventó la luz de gas en 1792. Y acabó para siempre con las sombras medievales propias de las velas y los candiles; con la imaginación propia del mundo antiguo donde lo natural era creer en hechizos y en brujas, es decir, creer en el cambio; y convirtió el mundo en lugar estable y definido donde la sombra que proyecta una silla por la noche siempre es igual a sí misma.

Y a pesar de disponer de una lámpara de gas en su lecho de muerte, una lámpara de gas que todo lo iluminaba sin trabas y sin trucos, Goethe no pudo evitar gritar: “Luz, más luz”, en el momento en que sintió que la vida se le escapaba por la boca.

lunes, enero 23, 2006

Paisaje


En cielos blancos y azules
pero impuros, con antenas,
se oye el serrar de huesos,
en los balcones y en tierra,
y estas hormigas mugrientas,
que me suben por la pierna,
el desfile de los monstruos
y las lágrimas aéreas
y las líneas de tu cara,
de la mía: carreteras

Todo se acumula, informe
en el montículo pleno
con la orina y la caricia
del amor y de la muerte
pero, a veces, solo a veces
luce el sol y mi expresión
cambia y aparece alegre
sonriendo con la mueca
de mi cara sin sus dientes


Una vez que acabó de escribirlo, se preguntó si este poema tendría algo que lo salvara del destino del resto de sus versos, pero como no encontró nada, hizo con él lo mismo que con los demás: lo tiró a la basura para que fuera a acompañar a sus antecesores al vertedero.

jueves, enero 19, 2006

El milagro secreto

"Hay siete dimensiones paralelas entre el estudio talmúdico, característico de la mentalidad judía, y el del ajedrez. Estas son: la indispensabilidad del estudio, la memoria, la comprehensión visual, la centralidad de la rígida ley, la importancia del debate, la necesidad de atrevida inteligencia, y un pensamiento antiautoritario y original."

"El ajedrez y el judaismo", artículo de Daniel Perednik

El hecho. Ambas cuestiones aparecen relacionadas con frecuencia. En la literatura, en la historia y en la filosofía.



La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladik, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un examen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la partida había sido entablada hace muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado premio, pero se murmuraba que era enorme y quizás infinito; las piezas y el tablero estaban en una torre secreta; Jaromir (en el sueño) era el primogénito de una de las familias hostiles; en los relojes resonaba la hora de la impostergable jugada; el soñador corría por las arena de un desierto lluvioso y no lograba recordar las figuras ni las leyes del ajedrez. En ese punto, se despertó.”

"El milagro secreto" de Borges.

La ficción. El mejor inicio de un cuento que he leído en años. Borges. Claro

domingo, enero 15, 2006

Beauty

"En un sentido parecido a las religiones de misterios y a los Oráculos caldeos, Macrobio concibió, además, las almas individuales como espíritus que han caído desde las esferas superiores en la materia y que en su paso por las esferas han adquirido sus facultades, desde el razonamiento hasta el impulso de nutrición. Estos espíritus están ligados por su parte superior a las esferas celestes, que constituyen su patria y hacia las cuales ascienden una vez liberadas de la tumba del cuerpo."

Del diccionario de filosofía de Ferrater Mora.

Beauty. Everywhere.

miércoles, enero 11, 2006

Instantes

Miro hacia arriba mientras paseo por un jardín y la hoja de un plátano de Indias desciende girando sobre sí misma con tal gracilidad que por un momento me niego a pensar que Dios no exista.

Inspiro el aire frío y noto como mis pulmones se inundan de frío y vida y cuando miro un poco más allá, veo un niño hablando muy serio con un árbol, mostrando así al mundo que lo único que hacemos en la vida es olvidar lo que ya sabíamos.

Veo una hilera de hormigas afanadas en transportar trozos de comida. A la pobre cigarra se la comerán cuando, aterida, no pueda ni siquiera moverse, pero un gorrión se está dando un festín con ellas. Y sonrío.

Y sin embargo, la recuerdo, y todo se desdibuja, todo se detiene, todo se vacía, todo retumba.

Todo duele.

martes, enero 10, 2006

Imaginación

"[...] Simone Weil despreciaba las artes de la imaginación. Para ella, como para Pascal, escribir sonetos, pintar al óleo o componer sinfonías no era sino un truco para disimular el inmenso vacío de nuestra mortalidad. La imaginación es tan sólo una combleuse du vide, según Pascal, una facultad destinada a entretenernos con divertidas novedades para evitar que nos percatemos de nuestra desoladora condena. [...]"

Félix de Azúa. Escala del tiempo perdido.

La verdad, encontrar una frase así al desayunarse con el periódico puede provocar un mal trago mortal con el trozo de bizcocho, o bien iluminar el resto del día con la luz de la agudeza, la inteligencia y la conciencia sobre el propio destino.

Y elegir una cosa u otra quizá tan sólo dependa del punto de vista.


lunes, enero 09, 2006

7 %

Encontrado en un artículo de La Vanguardia, dentro de un reportaje dedicado a la importancia de la imagen de los políticos:

Según los expertos, el contacto visual y la representación corporal representan hoy un 55% de la información que recibimos de un político; su tono de voz, un 38%, y el contenido de sus palabras, sólo un 7%”.

Al contenido de las palabras, sólo un 7%. Terrible. Y yo me pregunto cómo es que he elegido darle tanta importancia al contenido de las palabras, y a la forma de las palabras, y al sabor de las palabras, y al olor de las palabras. Cuando a todas luces sólo importan un 7%.

Pero, por mucho que se empeñen, por mucho que lo intenten, seguirán existiendo palabras memorables, como meandro o Querétaro, como tigre y cigarro, como arácnido y murciélago. Y seguiremos reflexionando con palabras. Con imágenes y palabras. Y seremos más felices cuando recordemos la palabra que alguien genial escribió para describir el horizonte que ahora vemos.

Y murmurarán su ronroneo mil perros mimosos.
Y susurrarán su suave zumba seis sinuosas serpientes.

Palabras: menudo entretenimiento.

viernes, enero 06, 2006

Fountain

Un anciano ataca a martillazos la obra "Fountain" de Duchamp en una exposición en París. La famosa obra “ready-made” creada en 1915, un retrete firmado y colocado al revés, que revolucionó el concepto del arte en el siglo XX, ha pasado rápidamente al departamento de restauración del museo. Sus encargados se afanan en restaurar la cerámica industrial que el autor de la obra tan sólo firmó.

Y todos los dadaístas muertos ríen desde sus tumbas, las mandíbulas de sus cráneos abriéndose y cerrándose de puro gozo.

Dadá. La realidad a veces es dadá.

miércoles, enero 04, 2006

Poesía

"Una de las funciones cardinales de la poesía es mostrarnos el otro lado de las cosas, lo maravilloso cotidiano: no la irrealidad sino la prodigiosa realidad del mundo."

Octavio Paz. Los hijos del limo.

Otra vez se ha quedado una frase enredada en mi cabeza. Sin cuartel. ¿Cómo decir mejor que el maestro Paz, ganador de un nobel, por qué es importante la poesía?. La prodigiosa realidad del mundo, dice. Ahí es nada.

lunes, enero 02, 2006

Dormir

En castellano existe una ambigüedad rara con la palabra sueño. En otros idiomas, la palabra que indica la necesidad de dormir (tengo sueño) y la que indica que se ha vivido algo extraño fuera del propio cuerpo (he tenido un sueño) son diferentes, pero no en el nuestro. En ambos casos se emplea la misma palabra.

Y, sin embargo, qué diferencia entre una actividad y la otra. Qué diferencia entre dormir y soñar; entre estar muerto esperando el despertar (el recordar, tal y como se decía en castellano antiguo) y estar fuera.

Fuera.