martes, septiembre 18, 2012

Cañamones

—Que sí, hombre, que se hace así. Mi hermana cogía los tomates, los escaldaba para pelarlos, les ponía sal, y luego los metía al baño María en uno de los botes que tenía preparados. Después los cubría de aceite. Así hacía la conserva. —dice uno de los tres paisanos que están tomando una cerveza a la hora del aperitivo en un pueblo pequeño. El del pelo blanco.
—Claro, si me acuerdo yo, que nos poníamos toda la familia con aquello cuando llegaba esta época… —dice el otro, el del chándal, con gafas que se sienta a su lado.
—¿Pues sabéis que he encontrado una planta de cáñamo un poco más para allá del huerto? —comenta un tercero.
—Cáñamo, dirás marihuana, ¿no?
—Bueno, una amiga mía que tiene fibromialgia dice que te haces una infusión con las hojas y se le pasan los dolores.
—Claro, como que es droga…
—¡Anda ya!, qué va a ser droga ni hostias… si es como prepararse una tisana, como va a ser droga eso.
—Tú verás…
—Que no, coño, cómo va a ser droga hacerse un té de las hojas de una planta. Y además, que es la planta de los cañamones, de la comida de los pájaros. ¿No os acordáis antes, que se compraban para dar de comer a los bichos? Me vas a decir tú que es droga. Anda ya, hombre.
—Bueno, tú la secas y luego te la fumas y me dices si es droga o no es droga. ¡Pues claro!
—Jesús, qué cruz de hombre. Pues, ¿sabes lo que te digo? Que tal y como está la cosa de mal y con las tierras que tengo, he pensado en plantar unas cuantas para sacarme un dinero. Y que cómo va a ser droga hacerse una infusión, que no me lo creo, vamos.
—Tú hazlo, que ya verás como aviso a la Guardia Civil.
—Y ¿qué hizo ayer el Real Madrid?
—Ganó dos a cero.
—Pues será de casualidad porque vaya entrenador que tiene. A ver si se va de una vez que, desde que está no me alegro igual cuando ganamos.