lunes, octubre 15, 2012

Entrevista

Ayer vi a Houllebecq en televisión en una entrevista, con esa pinta de pobre viejo abandonado que se le está poniendo, esa pinta de señor aficionado al alcohol al que hace mucho ha dejado de prestar atención a su apariencia. A mí me gusta lo que escribe Houllebecq aunque me deje pensativo y con mal cuerpo, me gustan sus reflexiones que nos obligan a enfrentar verdades incómodas, me gusta que diga que en algunas de sus novelas, como “Plataforma” se ha limitado a ejercer de observador pero, la verdad, lo vi ahí, con esa pinta de pobre, de infeliz, (y no se trata de juzgarlo literariamente, eh, que conste, no se trata de eso en absoluto, ya he dicho que me gusta lo que escribe y, además, por ejemplo ”El mapa y el territorio” me parece una grandísima novela, que conste también), lo vi ahí, iba diciendo, en la pantalla, con ese rostro cerúleo, de alguien con problemas de hígado o de páncreas, yo qué sé, que me dio mucho pena. Mucha pena. Y mira que admiro yo a este escritor, eh, mira que lo admiro. Pero mucha pena. Esa es la verdad. Tanto sufrimiento. Mucha pena, ya digo.

jueves, octubre 11, 2012

Fea

La mujer más fea del mundo tiene un peluche de color rojo colocado en su mesa y tres fotos de su perro con un pañuelo al cuello, un pequeño terrier blanco que mira a la cámara con inteligencia. La mujer más fea del mundo no tiene fotos de personas cercanas en el escritorio pero sí mil detalles corporativos aquí y allá que va coleccionado, supongo que como pequeños recordatorios de colaboraciones exitosas. Comienza a trabajar a las siete de la mañana y sigue trabajando hasta las ocho de la tarde. Es inmensa y su cara parece haber sufrido la compresión de una prensa. Su expresión no es afable, parece recriminar a los demás una ligereza que solo ella puede ver. A mí, la mujer más fea del mundo me da mucha pena, la verdad, aunque preferiría que no me lo notara en la cara. No estoy seguro de su reacción. Y no me gustaría que me saltara encima.