jueves, enero 19, 2006

El milagro secreto

"Hay siete dimensiones paralelas entre el estudio talmúdico, característico de la mentalidad judía, y el del ajedrez. Estas son: la indispensabilidad del estudio, la memoria, la comprehensión visual, la centralidad de la rígida ley, la importancia del debate, la necesidad de atrevida inteligencia, y un pensamiento antiautoritario y original."

"El ajedrez y el judaismo", artículo de Daniel Perednik

El hecho. Ambas cuestiones aparecen relacionadas con frecuencia. En la literatura, en la historia y en la filosofía.



La noche del catorce de marzo de 1939, en un departamento de la Zeltnergasse de Praga, Jaromir Hladik, autor de la inconclusa tragedia Los enemigos, de una Vindicación de la eternidad y de un examen de las indirectas fuentes judías de Jakob Boehme, soñó con un largo ajedrez. No lo disputaban dos individuos sino dos familias ilustres; la partida había sido entablada hace muchos siglos; nadie era capaz de nombrar el olvidado premio, pero se murmuraba que era enorme y quizás infinito; las piezas y el tablero estaban en una torre secreta; Jaromir (en el sueño) era el primogénito de una de las familias hostiles; en los relojes resonaba la hora de la impostergable jugada; el soñador corría por las arena de un desierto lluvioso y no lograba recordar las figuras ni las leyes del ajedrez. En ese punto, se despertó.”

"El milagro secreto" de Borges.

La ficción. El mejor inicio de un cuento que he leído en años. Borges. Claro

No hay comentarios: