"-¿Por qué no utilizamos el fuego químico de la nave en lugar de esa leña?
-¿Qué más da? -respondió Spender sin alzar la mirada.
No estaría bien hacer ruido, en esa primera noche de Marte, introducir un aparato extraño, brillante y tonto como una estufa. Sería una suerte de blasfemia importada. Ya habría tiempo para eso; ya habría tiempo para tirar latas de leche condensada a los nobles canales marcianos; ya habría tiempo para que las hojas del New York Times volaran arrastrándose por los solitarios y grises fondos de los mares de Marte; ya habría tiempo para dejar pieles de plátano y papeles grasientos en las estriadas, delicadas ruinas de las ciudades de este antiguo valle. Habría tiempo de sobra para eso. Y Spender se estremeció por dentro al pensarlo.".
Aunque siga brillando la luna. Crónicas Marcianas. Ray Bradbury.
2 comentarios:
Y al leerlo me he dicho, ¿de qué me suena?
Ya sé de qué me suena.
Hubo un error en mi dirección de mail, no es que no contestara, creo que está subsanado.
bss
ETDN
Pues sí,
Te suena porque se trata de la cita que empleé en el inicio de mi último texto del taller. :-D
Un beso,
X.
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