lunes, octubre 13, 2008

Confidente

—Mírame, ¿tengo cara de psiquiatra o qué?
—Hombre, pues no sé que decirte. No tengo ni idea de la cara que tienen los psiquiatras pero eso sí, tienes una cara que inspira confianza. Pareces una buena persona.
—Pues esa es mi maldición. Parecer una buena persona. Todo el mundo me cuenta sus problemas. Me utilizan y luego me ignoran. Ni siquiera pretenden que les dé un consejo (algo que, por otra parte, yo no me atrevería a hacer) sino que se desahogan delante de mí y más tarde se van y no vuelvo a verlos en semanas. Sobre todo las mujeres.
»Yo no existo para casi nadie cuando las cosas van bien. La gente sólo se acuerda de mí si tienen un problema, si algo les preocupa, si necesitan hablar con alguien. Eso sí, todos me lo agradecen mucho, todos me dicen que sé escuchar, que no es fácil encontrar a alguien que sepa hacerlo.
»Además, lo peor es que casi toda la gente que habla conmigo se conoce entre sí y, claro, al final sé demasiado sobre las personas a las que quiero. No me interpretes mal, no es que me importe, a mí me gusta ayudarles. Simplemente desearía no saber tantas cosas sobre algunos de ellos, en serio. No quiero saber lo que X hace en la cama, que a su pareja le gusta tan poco. No quiero saber lo que Y opina de Z, ni que Y está teniendo un lío con G, ni que E está pensando seriamente en la separación, sin que su mujer sospeche nada. Simplemente no quiero saberlo.
»Cuando eres joven, no acabas de entender que dos personas con las que te llevas bien, no lo hagan a su vez entre sí. Si tienes la oportunidad, intentas mediar entre ellos, intentas que tengan entre ellos la misma relación que tú tienes con cada uno por separado. Cuando te haces mayor, cuando eres una persona madura (qué expresión esa de «madura», ¿no?, parecemos todos a punto de caer de un árbol) comprendes que cada uno elige sus amistades y que tú sólo debes preocuparte por la relación que tú tienes con la gente y de nada más, que no puedes ser responsable de ninguna otra cosa aparte de ti mismo.
»De pequeño, estás ansioso porque cualquiera te cuente su vida, por los detalles. De mayor no. De mayor lo que desearías a veces es que te «descontaran» cosas que ya sabes, no haberlas sabido nunca. En fin...
—Sí, la gente le da muy poca importancia a las cosas que cuenta cuando, en realidad, hay frases que cambian para siempre la imagen que tienes de alguien.
—Eso es, frases que, una vez dichas, ya no tienen arreglo, a pesar de eso de que las palabras se las lleva el viento. Si tu mujer te dice «ya no te quiero» o «te he sido infiel»; si un amigo te cuenta que le dio una paliza a una pobre prostituta porque perdió la cabeza; si otro te dice que se alegra de que a Fulanito le vaya del culo porque siempre pensó que era un idiota cuando Fulanito es uno de tus mejores amigos... ¿Cómo seguir tratando a esas personas de la misma manera, cómo seguir teniéndolas en la misma estima?
—Pues no tengo ni idea. Supongo que no es fácil.
—No, no lo es. Por eso te digo que estoy harto de esta situación. Harto. No puedo más. Que se paguen un psicólogo. Además, ya sabes que para mí éste es un trabajo temporal. Lo hago mientras espero algún papel importante. Voy a pruebas y mientras tanto hago esto para poder pagar las facturas. Pero a mí me pagan por poner copas, no por aguantar los problemas de los demás. Que les den por el culo a todos, hombre.

8 comentarios:

Portarosa dijo...

tú sólo debes preocuparte por la relación que tú tienes con la gente y de nada más, que no puedes ser responsable de ninguna otra cosa aparte de ti mismo.

Pues sí que es maduro, decir eso, sí.

Me ha gustado mucho, X. Un abrazo.

ETDN dijo...

Qué dura la vida del camarero/a ;P

En cuanto al asunto del diálogo, cualquier relación social acaba convirtiéndose en un ejercicio de equilibrismo. Es difícil establecer el delicado límite que separa la prudencia y la discreción de la hipocresía y la mentira, a veces callar secretos es lo que hay que hacer y otras veces uno siente que comete una deslealtad al hacerlo.

Nunca me ha convencido eso de "los amigos de mis amigos son mis amigos", a veces uno duda de las razones que sostienen ciertas amistades.

Y mi conclusión de "adulta" es que cualquier grupo social (amistoso, incluso) al final acaba siendo un patio de colegio. No se acaba nunca de superar la adolescencia, me temo.

Buen diálogo, en cualquier caso.

bss y hasta el miércoles

Anónimo dijo...

A mí también me ha gustado mucho. Me ha gustado todo el texto, pero fíjate que me ha llamado especialmente la atención exactamente la misma frase que a Porto. Curioso!

Este texto me recuerda a los que escribías hace algún tiempo, que no acabas de centrarte, de encajar todas las piezas hasta el final. No es exactamente lo mismo porque no creo que busques exactamente un golpe de efecto, o no de la misma manera, pero me recuerda a eso.

Últimamente te he notado un cambio, de estilo y de temática. Querías cambiar y lo has hecho. Me gustaba mucho lo que escribías antes y me gusta incluso más lo que escribes ahora. Te sigo leyendo habitualmente, aunque casi nunca tenga nada que decir, salvo que me gusta.

Besos.

La independiente dijo...

Hola porto,
Gracias. Y creo que la frase en cuestión te gusta porque las cosas son así, ¿no? Es lo único sobre lo que tienes algo de control (y no todo el que te gustaría).

Etdn,
Pues no sé si cada grupo adulto acaba siendo un patio de colegio pero supongo que sí, si con eso te refieres a las relaciones entre los integrantes. Como dices, las relaciones humanas son así.

María,
¡Cuánto tiempo! Me alegra verte por aquí. No sé si es tan curioso que te haya llamado la atención la misma frase que a Porto. Tal vez os fijáis en las mismas cosas por algo. :-)

Dices que el texto te recuerda a los de otra época, supongo que te refieres a los microrrelatos con final sorprendente...
¿De verdad crees que he cambiado tanto? ¿Se nota?
Recuerdo una conversación en la que sí que te dije que quería hacerlo. Así que si lo he conseguido, estupendo. De todas maneras, no sé si he cambiado tanto de temática. Yo estaba un poco harto de microrrelatos cortitos y quería probar otras cosas. Pero si te sigue gustando, supongo que iré por el buen camino.

Besos y abrazos,
X.

Anónimo dijo...

Sí, me refería a los microrrelatos con final sorprendente. Y sí, has cambiado (en tu forma de escribir), y sí, se nota mucho. Ahora los textos son como más íntimos, con más sentimiento (o eso me parece a mí). Creo que es muy bueno que pruebes diferentes registros, te sienta bien.

Luna dijo...

También estoy de acuerdo con la frase de Porto.
Me gusta el texto y a mi si me parece que ha cambiado su forma de escribir, pero no demasiado, le sigo viendo intimista y es algo que me gusta mucho.

Saludos

Gemma dijo...

Coincido con vosotros. Yo hacía un tiempo que no me asomaba por aquí y me he llevado una grata sorpresa. Cada vez escribes con más seguridad, y eso se nota.

Saludos, X.

PS: También yo me he quedado con la frase que señala Porto, así que, estimado Xavie, mucho me temo que el responsable de tanto eco-resonancia es tu texto... A lo mejor se debe a que no encuentras a mucha gente que piense así. Que esté dispuesto a aceptar al otro como es.
;-P

Gemma dijo...

"dispuesta" quise decir...