Acabo de terminar "La carretera" de Cormac McCarthy. Sé que no soy original al escribir una entrada sobre este libro pues muchos como yo, aficionados a escribir, con blog, aspirantes a escritores frustrados (en gran definición del amigo Portorosa) han escrito sobre ella. Lo sé. Pero desde los doce años cuando la lectura del cuento "El moribundo" de Allan Poe me provocó tal inquietud que tuve que ir a dormir con mis padres afrontando la vergüenza de ser un preadolescente con terrores nocturnos, una novela no me había provocado sueños inquietos. Esta sí. Todavía estoy asimilándola. Todo está cubierto de ceniza y los árboles muertos me persiguen. El mar gris y los restos oxidados de la civilización. Y ese "vale" con el que el padre y el hijo acaban casi todas sus conversaciones. Y los restos humanos desecándose poco a poco, como si las bacterias que se encargan de la putrefacción también hubieran desaparecido del mundo. Y el ulular del viento, el frío y la lluvia constante.
Afortunadamente sé, porque así lo leí en un artículo científico, que es imposible que algo provocado por los humanos acabara con la vida en la tierra. Somos demasiado arrogantes. Afortunadamente sé que muchos insectos, y los hongos, y animales marinos y bacterias (que ya llevan aquí cuatro mil millones de años) nos sobrevivirán. Y también que, incluso sin oxígeno, hay microorganismos que se alimentan de metano alrededor de las fosas submarinas rebosantes de lava y que es posible que materia orgánica circule en la cola de los cometas. Y que las esporas de los hongos son capaces de sobrevivir en cualquier circunstancia. Afortunadamente lo sé y si leen la novela sabrán por qué me tranquiliza.
Cuidado con ella. En serio.
3 comentarios:
Pues ya casí me habían convencido varios de nuestros colegas, pero ahora sí que, ya seguro, la compro.
Y pensaré en ti cuando pase miedo en mitad de la noche. Y vendré a contártelo.
Un abrazo.
P.S.: Hemos de hablar (esta construcción sólo se usa en el cine, supongo que porque viene bien al doblaje, y me hace mucha gracia) sobre un viaje.
Nada, nada, a ello. No será porque no le avisé, señor de Portorosa. Que conste.
Hemos de hablar (también es una construcción literaria, no sé si se trata sólo del doblaje) de lo que usted estime conveniente.
Ya sabe a dónde enviar el correo...
Un abrazo,
Ya, ya sé que es correcta, pero yo sólo la veo/oigo en el cine; y sólo en el doblado. Supongo que traduciendo al "have got to".
Chau.
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