Las cenizas se desperdigan, impulsadas por un viento caliente. Proceden de edificios que se construyeron para que duraran mil años y que han acabado durando sólo diez. El fuego ha arrasado la ciudad (Dresde, era su nombre, antes de la lluvia de fuego). Hay un olor extraño en el aire, viscoso y repugnante, como a carne asada.
¿Era necesario?, después de todo lo que ha pasado en los últimos cinco años, ¿era necesario?
Mientras tanto, el humo que sigue saliendo de muchos barrios parece haber formado en el aire las palabras: "So it goes."
No hay comentarios:
Publicar un comentario