lunes, abril 09, 2007

Paisaje con flor de cerezo

La flor del cerezo tiembla aterida por la nevada inesperada. Sabe que sus horas están contadas.

Pero, afortunadamente, los escritores japoneses capturaron su belleza hace ya mucho tiempo:

El niño ciego
guiado por su madre
frente al cerezo en flor.

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Noche de otoño
Y en el jardín de los cerezos
la soledad duerme.


Una belleza fugaz. E inútil.
Como todas.

4 comentarios:

Sebastián Puig dijo...

Siento discrepar contigo: ninguna belleza es inútil. Y menos en medio de tanta porquería.

Un saludo, maestro.

La independiente dijo...

Desde el punto de vista práctico sí que lo es. Todas los son.
Y ahí precisamente reside su gracia, porque la utilidad es otra cosa. Creo yo, vamos.

Un abrazo,

PD: Excesivo lo de maestro, ¿no te parece rythmduel?. Pero gracias de todas maneras. A todos nos gusta que nos regalen el oído. :-D

Anónimo dijo...

"Y uno aprende...
después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma.

Y uno aprende
que el amor
no significa recostarse
y una compañía
no significa seguridad.

Y uno empieza a aprender…
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas
y que uno empieza a aceptar sus derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir
todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana
es demasiado inseguro para planes…
y los futuros tienen una forma
de caerse en la mitad.

Y después de un tiempo uno aprende
que si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.
así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar
que alguien le traiga flores.

Y uno aprende
que realmente puede aguantar,
que uno realmente es fuerte,
y que con cada adiós uno aprende".

BORGES

Otro maestro de la belleza
Un abrazo

La independiente dijo...

Gracias por el regalo, anónimo.

Un abrazo,