El deporte es así, cariño, tiene la ventaja de que es inapelable. Ganas o pierdes. De alguna manera, simplifica la maraña que es el mundo hoy en día. Es claro. Has corrido más, has marcado más goles, has conseguido más canastas. Está muy claro. Por eso cuando alguien triunfa en el campo, lo hace de forma también inapelable: el mejor goleador de la década, el mejor pívot, el mejor tenista. Y por eso sus fotos nos sonríen desde todos los periódicos. Porque existe un motivo objetivo para que lo hagan, porque nosotros adoramos a los ganadores.
Sin embargo, yo siempre me he preguntado por los lentos años restantes, por el día a día de los exdeportistas que ganaron, por la acumulación de tiempo que abre una vereda cada vez mayor entre el ahora y el entonces. Entre el tiempo en el que las multitudes rugían y el rostro del ídolo era el rostro humano de un dios mítico, y el ahora, tan pálido en comparación, tan anodino, tan gris. Cómo no vivir con la mirada puesta en el instante en el que el himno sonó y en el que la bandera ondeó por encima de las demás. Cómo pretender llevar una vida normal tras el momento en el que nuestro rostro estampó las portadas de todos los periódicos, tras el día en el que borrachos de éxito, aparecimos abriendo una gigantesca botella de champán ante las cámaras.
¿Cómo podemos haber envidiado en alguna ocasión a Fernando Torres? ¿Cómo podemos haber deseado marcar aquel gol?
Ilusos.
4 comentarios:
Gracias, te dije que tenía un buen presentimiento.
x
Yo pienso lo mismo, pero más, de los ex Beatles.
Un abrazo.
De nada älva,
Ya sabe usted que el fútbol me gusta (dentro de una límites, claro).
Porto,
No creo que sea lo mismo. Un músico puede seguir siéndolo, independientemente de la edad que tenga. Paul McCartney cantando no es solo el antiguo Beatle cantando, es un señor músico y compositor cantando.
Pero dentro de veinte años, Fernando Torres jugando al fútbol, será el mítico Fernando Torres, jugador retirado, jugando al fútbol. Y como que no es lo mismo.
:-P
(que conste que he entendido su broma, pero tenía ganas de comentar)
Beso y abrazo,
X.
¡Pero si no era una broma!
Yo incluso de McCartney pienso que debe de ser horrible haber sido aquel Paul que cantaba Yesterday en los 60, porque es como si en cierto modo fuera otra persona.
Pero imagínate a Harrison y, sobre todo, a Ringo: por muy forrados que estén...
Es verdad que lo de los deportistas es más radical, que se acaba del todo. Pero será que me parece menos atractivo.
Un abrazo.
Publicar un comentario