viernes, marzo 06, 2009

Caso

Según parece, compartía el piso con otros dos hombres. Probablemente no ganaba lo suficiente como poder alquilar una casa a solas o prefería compartir piso y vivir en una casa grande en lugar de en un apartamento minúsculo. Seguro que su madre hubiera deseado que fuera un hombre de éxito, que viviera en un chalé, que tuviera un gran coche, que fuera algo que exhibir, un trofeo. Pero él no era nada de eso. No. Su piso era sobrio y masculino. Algunos libros. Algunas películas. Algunos trajes. Un empleo en una empresa de contabilidad. Viajes de vez en cuando por motivos de trabajo.

Sus colegas de oficina dicen que no notaron nada raro, que salió a la hora de siempre camino de su casa y que, de todas maneras, no era un hombre muy comunicativo. Sin embargo, sus compañeros de piso afirman que debió detenerse en algún lugar porque era bastante maniático y solía volver a casa todos los días a la misma hora. No parecieron muy tristes cuando les comuniqué la noticia, la verdad. Eso no significa nada, claro. En las series de televisión, tras una muerte, cuando alguien no está apenado o se alegra de lo que ha sucedido, normalmente suele ser culpable. Me gustaría que la vida se comportara de esa manera. Nuestro trabajo resultaría mucho más fácil. A veces me pregunto cuánta gente muere a diario en el mundo sin que nadie los vaya a echar de menos. Pero no me hagas caso, perdona. Es que estoy un poco cansado. Llevo demasiado tiempo en esto.

No tenía señales de violencia. La única pista que encontramos en su ropa ha sido la tarjeta de un club de striptease. Hemos preguntado por allí y una chica lo ha reconocido, ha dicho que bailó para él en un pase privado pero que después de meterle un par de billetes en el tanga, se fue, alegando que tenía que ver a su mujer. La chica es mulata y es increíblemente guapa, tiene unas tetas espectaculares, la verdad. Es bastante vulgar pero eso la hace aún más atractiva, qué curioso. Me extraña lo de la mujer. ¿Por qué mentirle a una bailarina? Sí, llevas razón, estoy exagerando. A veces la gente dice cosas sin pensarlas demasiado, sin que detrás haya ningún motivo raro. Tal vez, simplemente, fue testigo de algo ilegal, de algo que no debía haber visto.

Ya te digo que no me hagas mucho caso, estoy hoy charlatán y divago. Ya sabes que a veces me pasa. No, no he discutido con Lola, creo que ya no estamos en esa etapa. Ahora ni siquiera discutimos. Ahora nos callamos lo que nos gustaría decir porque hemos comprobado que ya no sirve para nada. La gente discute cuando cree que hay una razón, cuando aún tiene esperanzas de poder arreglar las cosas. Da igual, qué le voy a hacer. Volviendo al caso, esperaremos los resultados de la policía científica para ver si podemos seguir con la investigación. Creo que aquí ya no hay mucho más que podamos hacer. Un hombre de hábitos fijos, sin amantes, sin amigos íntimos, sobrio, sin vicios. Y fíjate.

Sí, a veces los casos se estancan porque no hay hilos de los que tirar, porque nadie muestra interés en que se resuelvan y la cara del muerto se va difuminando poco a poco, va desapareciendo del mundo y entonces, incluso sus fotografías en los archivos policiales parecen hacerse más borrosas con el tiempo. Es mejor no obsesionarse, hazme caso. No siempre es posible averiguar qué pasó. Forma parte del trabajo.

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