sábado, diciembre 22, 2007

Naranjas

Como todo el mundo sabe, el invierno es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas y se caracteriza por días más cortos, noches más largas y temperaturas más bajas. Aquí en el hemisferio norte, astronómicamente, comienza con el solsticio de invierno alrededor del 21 de diciembre y termina con el equinoccio de primavera, el 21 de marzo. Objetivamente, estamos en invierno.
También sabemos que el invierno ha sido tradicionalmente la encarnación de la muerte. Los árboles pelados en el paisaje nevado han sido la metáfora perfecta del fin del ciclo de la vida, que se renueva en primavera. La nieve en el cabello, la muerte helada, la falta de vida, siempre se han relacionado con las bajas temperaturas. Es difícil morir de calor pero es muy fácil hacerlo cuando la temperatura está a cero grados, la muerte más dulce, dicen.
Pero en realidad, el invierno también es la estación de los naranjos lustrosos y cargados de fruta. Y me alegra que el invierno de mi ciudad tenga dentro la futura primavera. Tan a la vista.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

De nuevo un tema frío para calar en lo más profundo del alma; que hermoso debe ser contemplar tu ciudad preñada de vida en una estación, que como bien dices, asociamos a la falta de vida. Creo que me voy a abrigar bien, zapatos pa recorrerme la ciudad y voy a salir a la búsqueda de esos patios llenos de vida en la estación inerte, porque gracias a este fragmentito he recordado que en el pequeño lugar donde yo vivo hay rincones pa perderse a leer, observar… gracias otra vez xavie por los trocitos de vida que nos regalas a los que te leemos.

La independiente dijo...

Gracias, anónimo, vaya halago.
No sé, pensé que estar en casa arrebujado con las mantas está bien pero que los naranjos deben significar algo, ¿no?

Un saludo,
X.

Anónimo dijo...

Anónima, del género femenino. Una veces soy más crítica con usted, otras me transporta a sus pequeños mundos, y hoy ha hecho que pasee por el patio más famoso del mundo por sus naranjos:-D

Anónimo dijo...

Felices fiestas, Xavie. De tanto leerte es casi como si te conociera.

María

La independiente dijo...

Anónima,
Gracias. Supongo que el paseo no habrá estado mal. El mío no lo estuvo, no.

María,
Me alegra saber que te gusta lo que escribo. Pero Xavie es Xavie y yo soy yo. No te creas todo lo que dice el triste este, que siempre está demasiado meláncolico. :-D

Un saludo a ambas y Feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Lo de que es casi como si te conociera no es porque te haya asociado una personalidad, Xavie. En absoluto. Sería bastante difícil, por otro lado, teniendo en cuenta que tu blog no es de los "muy" personales. Lo de que es casi como si te conociera es más una cuestión de actitud, mi actitud hacia tu blog. Consultar tu blog se ha convertido para mí en una buena costumbre, como la típica llamada de teléfono a ese amigo o ese familiar para ver qué tal se encuentra. Lo de que es casi como si te conociera viene más por ahí, porque cuando llegan unas fechas como estas te acuerdas de todos tus amigos y familiares, los cercanos y los lejanos, los que lo fueron y ya no lo son, los que todavía están ... Y entre toda esa gente real, que existe, que conoces, que sabes como se mueven, te acuerdas también de aquellos a los que lees, y tienes con ellos la misma actitud y los mismos buenos deseos, "casi como si los conocieras", pero sin conocerlos. A eso me refería. Puede parecer tonto, pero así es, y no creo que me ocurra sólo a mí. Existe un cierto vínculo cibernético unidireccional (del lector hacia el escritor y no al revés) difícil de catalogar.

Y por supuesto, si te leo es porque me gusta lo que escribes, no tiene nada que ver con cómo es Xavie o cómo eres tú.

Siento el rollo, prometo volver a estar calladita durante un buen tiempo. Muy Feliz Año Nuevo!

María

La independiente dijo...

María,
Pretendía hacer una broma. Entiendo perfectamente lo que dices. Internet ha creado unas relaciones que antes no existían pero que no por eso son menos relaciones que las tradicionales. Y a mí me pasa como a ti, que también tengo unos cuantos blogs que leo habitualmente y que me hacen sentir cercano a sus autores.

Gracias por acordarte de mí en estas fechas y, de verdad, no hace falta que te calles. Me encanta tener comentarios. Faltaría más.

Un saludo,
X.