Según una de esas notas al pie que son la hojarasca de la historia: La imagen de la conciencia como un gusano que roía el interior del hombre era frecuente en los escritos religiosos de la segunda mitad del siglo XVI español.
Lo que no deja de ser curioso porque, según aprendimos (pobres y culpables niños educados en la cultura católica), era nuestra conciencia la que nos impedía ser como los animales. Y por lo visto era un gusano que nos devoraba.
No sé por qué, pero no me sorprende.
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