¿Cómo rellenar veinte minutos de tiempo desocupado? Escribiendo un microrrelato, claro. Inventando una historia mínima en la que en el primer párrafo se introduzca el tema con cierta concisión, se retuerza en el segundo y se acabe con un giro que provoque el asombro, la sonrisa o cualquier otra emoción imprevista. Esa es la técnica.
Un microrrelato no es el lugar apropiado para grandes alardes, ni para profundidades psicológicas porque no hay espacio y sobre todo, porque no hay tiempo. En mi caso ya he consumido quince minutos en escribir hasta aquí y la presión de tiempo que me queda me impele a acabar de una buena vez. Ya está bien, hombre. Me vienen centenares de ideas a la cabeza, que conste. Centenares. Pero como ya sólo me quedan unos miserables cuatro minutos utilizaré una cita de Oscar Wilde: “El ingenio es la bisutería del talento”.
9 comentarios:
Bernardo Atxaga tiene un texto muy parecido a este tuyo sobre cómo escribir un cuento en cinco minutos, sólo que a él, como es de Bilbao o sus cercanías, le sobran cuatro.
Me ha encantado. Y me ha provocado una sonrisa.
Gracias Ruth,
Es que tenía 20 minutos libres y como yo no soy de Bilbao, pues... :-D
Un saludo,
Pues que alegría que algunos tengáis 20 minutos libres para hacernos disfrutar a los que sólo tenemos dos.
Un placer (como siempre)
Gracias, gracias...
Es lo que tiene esto de la escritura: largos años escribiendo una novela para que los lectores la acaben en unas horas. Justo igual que la cocina. :-D
Un saludo,
Acabé de leerte con una sonrisa gigante.
Me alegro, Princesa, ese era el objetivo de este ejercicio de estilo.
Un beso,
Muy bien.
Y la cita de Wilde, también, como siempre.
Un abrazo, X.
Gracias Porto,
Últimamente te prodigas poco (en tu casa y en la mía). Espero que todo vaya bien.
Un abrazo,
Podía ir peor, dadas las circunstancias.
Un abrazo.
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