lunes, octubre 15, 2007

Cielo

Es un mendigo, dijeron, perdió a su mujer en un accidente hace algún tiempo y se volvió loco. Se dejo ir. Su cordura acabó por desmoronarse. Se olvidó de luchar por mantener la cabeza centrada y ahora escribe cosas ininteligibles en los papeles que encuentra por la calle. Papeles que hablan de las formaciones de los pájaros en los cielos de la ciudad y de sociedades secretas de hombres muy poderosos que dominan el mundo y el destino de todos nosotros.

Camina sin mirar fijamente a nadie y huele muy mal. De vez en cuando, un asistente social lo lleva a un refugio, donde lo lavan, lo afeitan y le dan un par de comidas pero siempre se escapa. Necesita ver el cielo. El cielo es lo más importante. Nunca ha creído en un dios omnipotente capaz de preocuparse por cada uno de nosotros de forma individual, no se trata de mirar el cielo tratando de ver alguna señal enviada por su mujer muerta. Su mujer está muerta y eso ya no tiene arreglo. Pero tiene que ver el cielo, tiene que dormir bajo él, no puede estar entre cuatro paredes porque en cualquier momento puede ocurrir una desgracia.

Puede reventar una bombona de butano, o bien desprenderse una estantería llena de libros de arte sobre la cabeza del que está debajo, la colilla de un cigarrillo mal apagado puede prender la colcha de algodón cien por cien natural, unos niños de la casa vecina pueden disparar accidentalmente la pistola de su padre policía, la bañera puede hacerte resbalar. Pueden ocurrir muchas cosas dentro de cuatro paredes. Es mucho mejor estar al aire libre.

Tiene que ver el cielo, tiene que dormir bajo él.

No hay comentarios: