miércoles, septiembre 13, 2006

Opatja

Sé que no voy a conseguir salir de aquí. Lo sé. Anoche no había suficiente luz para notar nada raro, sólo las señales de abandono propias de un hotel venido a menos. Pero hoy lo sé.

Este hotel croata, donde lo más significados miembros de la nomenklatura yugoslava venían con sus mujeres o con sus queridas, se cerró en 1989 con la caída del muro, sólo que los clientes que estaban dentro no lo advirtieron. Todos los clientes pasan la sesentena y parecen funcionarios estatales de vacaciones, su ropa ajada y sus sandalias de cuero hablan de otro tiempo; la recepcionista no ha advertido que su pelo rubio está entreverado de canas y que cada vez es más fino; la música occidental de principios de los ochenta suena en el hilo musical y, lo más triste de todo, parecen disfrutar unas vacaciones eternas.

Ya es mala suerte haber llegado a la ciudad de noche justo en el aniversario de la caída del régimen yugoslavo. La única noche que abren.

6 comentarios:

princesadehojalata dijo...

"El angel exterminador" en Croacia... Por lo menos te dejan seguir escribiendo (de momento). Si las cosas se ponen muy chungas organizaremos un batallón de rescate. Tú tranqui.

La independiente dijo...

Ya estoy de vuelta. Pero gracias por el ofrecimiento.

De verdad.

Y tenías que haber visto el hotel. :-D

Xavie

Portarosa dijo...

Y éste, mejor todavía.

Bienvenido, Xavie.

La independiente dijo...

Gracias Porto,
Celebro haber vuelto a ser de tu gusto. ;-)

Un abrazo,

Xavie

Portarosa dijo...

Nadie es perfecto. Ni los grandes (¿o sí?).

Un abrazo.

La independiente dijo...

Claro que no. Sólo bromeaba.

Un saludo,

Xavie