Sé que no voy a conseguir salir de aquí. Lo sé. Anoche no había suficiente luz para notar nada raro, sólo las señales de abandono propias de un hotel venido a menos. Pero hoy lo sé.
Este hotel croata, donde lo más significados miembros de la nomenklatura yugoslava venían con sus mujeres o con sus queridas, se cerró en 1989 con la caída del muro, sólo que los clientes que estaban dentro no lo advirtieron. Todos los clientes pasan la sesentena y parecen funcionarios estatales de vacaciones, su ropa ajada y sus sandalias de cuero hablan de otro tiempo; la recepcionista no ha advertido que su pelo rubio está entreverado de canas y que cada vez es más fino; la música occidental de principios de los ochenta suena en el hilo musical y, lo más triste de todo, parecen disfrutar unas vacaciones eternas.
Ya es mala suerte haber llegado a la ciudad de noche justo en el aniversario de la caída del régimen yugoslavo. La única noche que abren.
6 comentarios:
"El angel exterminador" en Croacia... Por lo menos te dejan seguir escribiendo (de momento). Si las cosas se ponen muy chungas organizaremos un batallón de rescate. Tú tranqui.
Ya estoy de vuelta. Pero gracias por el ofrecimiento.
De verdad.
Y tenías que haber visto el hotel. :-D
Xavie
Y éste, mejor todavía.
Bienvenido, Xavie.
Gracias Porto,
Celebro haber vuelto a ser de tu gusto. ;-)
Un abrazo,
Xavie
Nadie es perfecto. Ni los grandes (¿o sí?).
Un abrazo.
Claro que no. Sólo bromeaba.
Un saludo,
Xavie
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