El capitalismo está basado en la creación de expectativas, en la gestión del deseo. En realidad se trata de un sistema económico basado en el amor, me digo, y me creo inteligente o ingenioso (que no es lo mismo pero se parece mucho) y pienso entonces en que tanto leer "sobre" libros para no perder el norte, para saber donde apuntar, tratando de afinar el tiro ahora que todo resulta tan complicado y nadie está dispuesto a gastar dinero en algo que no sea alcohol (es la verdad, siempre hablamos de Irlanda y su fama dipsómana pero nadie nos gana a la hora de trasegar un gin-tonic tras otro, solo estamos dispuestos a gastar el dinero en los bares) está acabando con el escritor que yo pensaba que vivía dentro de mí y que algún día afloraría, que algún día vería alguna obra suya publicada; pienso que tantas noticias, tantos textos, tantos artículos glosando la última obra maestra de literatura mundial, la última obra imprescindible, está acabando con mis ganas de contar, con mis ganas de poner una palabra detrás de otra porque ya hay demasiadas, y casi todas manchadas de marketing, o de amor, que como decía al principio viene casi a ser lo mismo.
Escribo y no guardo los archivos.
Cuando Word me pregunta si quiero guardar el Documento 1 mi respuesta siempre es No.
Para qué.
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