miércoles, junio 11, 2008

Estacas

Las estacas del antiguo embarcadero soportan el viento de la playa desierta. A lo lejos, un barco maniobra para fondear. Una lancha rápida surge del barco y se dirige hacia la orilla. Probablemente sean traficantes de droga, decides. Traficantes de droga que van a hacer un intercambio. Televisión y algo de experiencia propia: los intercambios ilegales de cualquier cosa son siempre rápidos y discretos, llegar, solucionar el negocio y marcharse rápido. Será algo parecido. Lo raro de la situación es que hay un coche de la guardia civil detrás de la duna. Parece que la historia se complica para los traficantes. Nah. Los dos guardias civiles están vigilando para que todo salga bien. Quien paga manda. Y ellos realmente no están allí. Han dicho en la casa cuartel que iban de ronda por las playas a vigilar los posibles desembarcos de droga. Y eso es lo que están haciendo.

La pantalla empieza a acumular nieve y de repente no se ve nada. ¿Qué habría pasado? Si volviera la imagen, seguramente se produciría un tiroteo. Los guionistas siempre hacen que los intercambios de droga salgan mal aunque eso, en realidad, no ocurra casi nunca. Si la policía llegara a tiempo más a menudo no veríamos a gente tan nerviosa por la noche. Es posible, por tanto, que el intercambio se realizara correctamente y que de tiroteo, nada. Tal vez los guardias civiles comentaran la jugada con el Negro, un viejo conocido de un pueblo pesquero cercano. Tal vez compartieran unas rayas de cocaína pura sobre el capó del coche mientras hablaban de algo. Los guardias podrían haberle comentado al negro que un conocido suyo, el Andrés, los tenía fritos, que estaba perdiendo pie y que los vecinos comenzaban a protestar, que debía hablar con él para decirle que las farras y las armas no eran buenas compañeras, que si seguía por ese camino, al final no iban a tener más remedio que darle un escarmiento.

El Negro vuelve entonces hacia el pueblo, meditando sobre la mejor manera de decirle a su amigo que la guardia civil le ha llamado la atención, que la última juerga, con aquella bronca en el puticlub, había sido demasiado. Pero el Negro tiene miedo porque su amigo está desquiciado y últimamente no piensa con demasiada claridad. Lleva dos años consumiendo un gramo diario de coca y se ha vuelto un tipo con muy malas pulgas. Como consecuencia de la paranoia, siempre va armado. El también, así que eso no supone ningún problema. Simplemente, no tiene ganas de tener cuestiones con la guardia civil en el pueblo ahora que ha conseguido este bisnes tan guapo. Si consigue aguantar dos años más, se retira. Si consigue ganar otros cien mil euros, ya ha pensado dónde comprar una casita. Lejos de allí, claro. Bien lejos de toda aquella mierda. En un sitio con playa y con mulatas. Y pasar el resto de la vida con una barquita, paseando a turistas y buceadores.

Estaría bien que el Negro consiguiera retirarse, que se enamorara de una mulata, que la vida lo tratara bien. Me cae bien a mí este tipo, delgado y fibroso, tan moreno como alguien de la otra orilla, con el pelo rizado y la nariz griega.

Pero se va la luz y la pantalla de la televisión se queda gris. Como todas las pantallas apagadas. Como todas las historias inconclusas.

6 comentarios:

Francis Perea dijo...

Yo también me reconozco un enganchado. Enganchado a tus relatos.

Gracias por los dos nuevos términos que me has regalado. Según la eal Academia Española:

farra: (Quizá del port. farra, y este quizá del ár. dialect. ferḥa, fiesta).
1. f. Juerga, jarana, parranda.

bisnes:(Del ingl. business).
1. m. Negocio, actividad comercial, dinero.

Gracias Javielo.

La independiente dijo...

Gracias Francis,
Me alegra de que te gusten mis relatos.

Un abrazo,

PD: Aquí soy Xavie (no hay que confundir a Peter Parker con Spiderman :-D)

X.

ETDN dijo...

Termino de leer el relato y me pregunto. ¿Puede ser un relato "inconcluso" y redondo a la vez?
Un personaje captado en un instante. Entra en la pantalla, justo lo suficiente para que nos fijemos en él y nos quedemos a ver qué le sucede y después sale otra vez. Él sigue su vida, sin saber que le hemos espiado durante un rato.

¡Chapeau!

bss (y buenos días que para mí son buenas noches, etc...)

La independiente dijo...

Muchas gracias, ETDN
Esa era la idea, apenas una escena y que nos quedara la duda de si el Negro al final consiguió retirarse o no. Si consiguió comprar la barquita sin tener problemas con su amigo, el adicto.

Un beso,
X.

AROAMD dijo...

que prolifiquez de buena letra

La independiente dijo...

Gracias Aroa,
Me gusta que te guste.

Un beso,
X.