lunes, enero 15, 2007

Síndrome

-Le digo que estoy muerto, le digo que siento que estoy muerto y me pregunto si esto que contemplo no será el cielo o el purgatorio. Desde que recibí ese golpe en la cabeza, tengo esa sensación que lo inunda todo.

-Aunque le parezca raro, se llama síndrome de Cotard y aunque no se han documentado más de cien casos en la literatura médica, es algo que tiene su explicación y que en casos como el suyo, en los que ha existido un traumatismo grave del cráneo, se deben a una causa física. No se está volviendo usted loco.

-Pero es que me miro al espejo y veo que me estoy pudriendo, que poco a poco mi cara se va desencarnando, que debería estar enterrado. Tengo mucho miedo, doctor.

-Se puede tratar. Eso es lo más importante. La medicación que le receté hará que esa sensación se atenúe. Pero, sobre todo, lo más importante es que usted luche contra esa sensación, que racionalmente sepa que es imposible que esté usted muerto. Los muertos no vienen a la consulta del psiquiatra.

-Ya doctor. En eso lleva usted razón. Pero es una sensación demasiado fuerte. Incluso me pregunto si usted no será también uno de ellos, alguien que pretende engañarme, que pretende mantenerme aquí a este lado.

-Debe usted relajarse. Este síndrome también está acompañado de tendencias suicidas, por lo que, si no quiere usted estar muerto realmente, es muy importante que tome la medicación tal y como le prescribí.

-Si le digo la verdad ya me tomé los tranquilizantes. Pero no parecen haberme causado ningún efecto. Yo sigo pensando que estoy muerto. Y eso que me los tomé todos de una sola vez.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Fíjate, ayer pensaba yo (encontrar a gente con quien hablar diligentemente de estos temas es harto complicado) sobre la cantidad de personas que están (estamos, me incluyo y de cabeza) muertos en vida. Y seguía pensando que sería mejor no darse cuenta. Eso creo ya que yo me doy cuenta y no me gusta nada la sensación.

Me gusta tu relato as usual. Un beso. C.

La independiente dijo...

Hola Cal,
Pues resulta que el síndrome de Cotard existe. Y que los que sufren piensan realmente que están muertos. Una señora que lo sufrió llegó a vestir sudario y a acostarse en un ataúd. Hasta que murió tres semanas después.

Curioso, ¿no?

Y gracias, as usual.

Un beso

Sebastián Puig dijo...

Curioso, tétrico, terrible...

Pero magnífico relato, Xavie.

La independiente dijo...

Gracias rythmduel,
Todo un halago

Un saludo,

Portarosa dijo...

¿Existe ese síndrome?, ¿sí?

Pues debe de ser alucinante estar con un cotardiano.

Un abrazo.

La independiente dijo...

Sí que existe, Porto, sí que existe.

La realidad supera la ficción, abundando en el tópico.

Un abrazo,

conde-duque dijo...

Es tremendo. Por lo visto los que tienen este síndrome se creen que sus órganos se están descomponiendo (huelen su propia putrefacción!!). A nivel filosófico, son tan nihilistas como Gorgias: niegan la existencia de la relidad, del mundo, de las cosas...
Vamos, como en "Los otros" pero al revés.
Un saludo.