A veces, el tiempo es un cabrón sutil y silencioso que se encaja en los espacios que hay entre las células, en los intersticios del mundo para aligerar el peso de las cosas. Otras, se comporta, sin embargo, como una madre amable que vela nuestros ojos para que las miserias del mundo no nos afecten demasiado.
Va cayendo la lluvia cansada de las horas sobre nuestra cabeza y esa lluvia va lavando con mucha paciencia los restos de piel muerta que impiden respirar a nuestro cuerpo. Llueven los segundos, y los minutos de forma imperceptible sobre nosotros y se deslizan por nuestra piel, dejando marcas imperceptibles que como las escorrentías que el agua prefiere cuando baja de la montaña, cada vez se hacen más profundas. Nuestras arrugas no son sino cauces por los que el tiempo ha corrido.
Por eso nos gustan los momentos en los que parece detenerse un instante para luego seguir con su burbujeo tranquilo. Por eso nos gustan las celebraciones anuales y las cuentas atrás del último día del año.
Feliz Navidad a todos.
8 comentarios:
Feliz Navidad, Xavie.
Un avisión muy interesante y poética del paso del tiempo.
Un saludo.
Feliz Navidad, Xavie.
Feliz Navidad a todos,
Un saludo,
Xavie
Feliz Navidad, Xavie, muy feliz Navidad.
Qué cosa tan preciosa esta que has escrito, Xavier. Dice mucho de ti.
Felices fiestas, :-)
Un abrazo
Alguien hablaba de la belleza de las arrugas y está claro que se refería a esa vida que en su recorrido produce esos surcos, que para los analfabetos de la vida, piensan que son sólo signos de envejecimiento, pero que son ríos de experiencia, sabiduría, sombra y luz a la vez que vistos en el rostro y las manos de las gentes, invitan a la caricia y al compartir.
Feliz Navidad, Xavie.
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