Y qué tal algo con olor a orines y con el suelo encharcado, con putas que además son yonquis, con tipos que tienen cicatrices en los nudillos y la cara igual que mapas marcados a navaja, con pobres pringados que venían al barrio para poder darse aires entre sus amigos ricos y que acabaron vendiendo el culo en la parte de atrás para poder comprar una miserable dosis y chutársela.
Con un protagonista escondido en un apartamento, justo debajo de la pensión maloliente donde vegetan los adictos más tirados del barrio, que se dedicara a hacer fotos en secreto a los transeúntes. Enganchado, tanto como los heroinómanos a lo suyo, a la suciedad, a lo más oscuro del alma humana y capaz de alquilar aquel sucio lugar sólo para poder mirar por la ventana y fotografiar aquel paisaje de venas y temblores.
Y, por supuesto, con un final digno del relato. Con este amigo revelando una de sus fotografías y quedando para siempre afectado por la imagen de su novia del instituto, tan dulce y tan educada en aquellos años, con la tez del color de la cera, con cercos de color violeta debajo de los ojos y con una jeringuilla todavía en el brazo, muerta, muerta, muerta y, además, muerta, que se pregunta cómo es que no se dio cuenta en la tira de revelado que aquella pobre yonqui muerta era Clara, su primer amor, aquella chica encantadora de tan buena familia.
¿No?
7 comentarios:
Ostras, qué chungo, ¿no?. Muy bien escrito (no voy a decir bonito porque la historia se las trae, aunque sabes que es bonita, por supuesto. Aquí una aficionada a la lectura beatnik y eso). :)
Un beso muy fuerte. C.
Si, vale, me apunto. Dónde la ponen? Las entradas las cojo yo.
Beso.
Pues no sé qué decir, para no repetirme.
Pasa una buena semana.
(Te aseguro que ha sido un verdadero placer, Xavie.)
Un abrazo.
Hola a todos,
Sí, que chungo, Cal, qué chungo. Pero has dado en el clavo, confieso haber escrito la entrada bajo la influencia de Bukowsky. Mea culpa.
Vale princesa, vamos al cine, pero, por favor, que la peli no sea en domingo que ese día no tengo el cuerpo para esas cosas.
El placer ha sido todo mío, Porto. Y gracias por descubrirme a Cunqueiro. Estoy leyendo Merlin y familia y he pasado una tarde fabulosa con el viejo este de la barba blanca.
Un beso a todos,
Xavie
¡Hombre, pues así siento que te pago el favor de esas citas en Madrid!
Disfrútalo, chico.
Otros para empezar: "Crónicas del sochantre" y "Si el viejo Simbad volviese a las islas".
Un abrazo.
Tienes razón Pricesa. Me puedo apuntar?
Un abrazo Xavie
Vale, ¿entonces quedamos para verla, no? :-D
Un saludo, Olvido
Xavie
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