Saben ustedes que no suelo hacerlo. Por lo de mantener un espacio para la ficción y eso (bueno, no exactamente para la ficción pero ustedes no pueden diferenciar una cosa de la otra, por lo que todo lo que sale aquí escrito se convierte, de alguna manera, en ficción, y bla bla bla). Pero no me resisto a poner esta cita de lector mal-herido:
«El talento es una latitud. Los talentos pequeños hacen poesía y cuento; los talentos grandes hacen novela. Y los talentos gigantes hacen publicidad.»
Sin más comentarios.
Un saludo a todos.
X.
6 comentarios:
Yo creo que ese señor o señora se refiere a lo que se llama "oficio".
El talento es escaso y donde está ruge. Que no es precisamente la publicidad. La publicidad vive de filtrar lo que han escrito compuesto pintado los que tenían talento, pero los publicistas olvidan que lo han tomado de otros. Y me caen bien, son muy creativos, pero el talento es desconocido en ese oficio.
Lo demuestra, por ejemplo, que repartan el talento según la cantidad de espacio rellenado.
Yo no lo creo, Nan.
Si lees el blog de lector-malherido compruebas que lo dice completamente en serio.
De hecho, también dice cosas como "Las francesas son todas unas putas" o "La historia de la literatura española es una puta mierda".
Otra cosa es que Juan Mal-herido (que parece ser un heterónimo del escritor Alberto Olmos) diga estas cosas por provocar y tocar un poco los huevos. :-D
Pero he traído aquí la cita porque me ha divertido (yo podría haber escrito algo parecido pero en lugar de publicidad, habría dicho algo como "los talentos gigantes construyen fábricas o puentes")
Y en segundo lugar porque me apetecía que discutiéramos sobre si el tamaño importa en literatura y si escribir un cuento y escribir una novela están en ligas diferentes o, directamente, se trata de deportes diferentes.
Pero más que nada, porque me ha hecho gracia.
Y no estoy nada de acuerdo en que el talento sea desconocido en el oficio publicitario. En absoluto.
Un abrazo,
X.
Bueno, lo que queda clara es mi opinión de que el talento se pone de manifiesto en 4 versos o en una novela de 1.000 páginas.
Sigo creyendo que se refiere al oficio, y confunde una cosa con otra.
Y talento hay muy poco muy poco muy poco.
Pues yo creo que el talento tiene más que ver con lo bien, regular, o mal que se hace algo y no es tanto cuestión de qué. Se puede tener un talento enorme "para" ...
En cualquier caso, tendemos a ver un enorme talento en aquello que nos gustaría poder hacer a nosotros mismos. En mi caso no sé si decidirme por la escritura, la ingeniería civil, la publicidad, ...
(¿Juan Mal-Herido es Alberto Olmos? Nunca me hubiese imaginado que fuese alguien tan joven ...)
Un beso.
Como no tengo talento para el debate, insisto. Aunque procuraré ajustar un poco más lo que digo.
Oficio, y buen oficio, tienen muchos escritores. Lees sus libros con agrado, te hacen pensar, aprendes.
He comentado varias veces que mi gradación es, por este orden:
Me gusta
Me interesa
Me emociona
Solo concedo "talento" a quien me emociona (no penséis en que es porque cuenta algo emocionante, no es eso). A veces, estoy leyendo a alguien y siento una corriente eléctrica en la espina dorsal. Muy pocas veces. PEro en esas sé que he dado con alguien con talento. Uno de los pocos elegidos, que ha contado algo, no importa qué, afectándome profundamente.
Yo lo compararía con "tener duende". Hay grandes cantaores, puros, de sabiduría y voz inmensa. PEro de pocos se dice de verdad que tienen duende.
Bien, Nan, ahora lo entiendo. Y estoy de acuerdo en parte contigo, claro.
En cualquier caso, yo creo que la emoción no lo es todo. Hay grandes novelas que no emocionan todo el tiempo (¡menos mal!) sino que ofrecen otras experiencias: la estructura, la atmósfera, la evocación de una época. No sé, recuerdo "El último encuentro" de Màrai, por ejemplo. Una novela perfecta. Y con un estilo sencillo.
Cuando hablas de talento (o "duende", como muy bien has dicho) pareces referirte solo al talento poético, al talento para armar frases deslumbrantes. Pero creo que una buena novela (a diferencia de un buen cuento, que creo que casi todo el mundo puede escribir, porque casi todo el mundo puede tener un momento de iluminación) requiere de otras cosas. De otras destrezas.
Recuerdo una entrevista con Tom Spanbauer, un escritor norteamericano, en la que el tipo dijo: «Stephen Spender en una clase en Columbia nos explicó la diferencia entre prosa y poesía. Decía que en un poema la palabra tiene un peso específico. En prosa, sin embargo, las palabras deben llevar una señal que dice, "no me mires, la historia sigue en esa dirección"».
Me pareció muy gráfica la comparación. Y acertada, además.
Un abrazo,
X.
Publicar un comentario