martes, mayo 13, 2008

Yo

Esto es un espacio para la ficción. Por eso nunca he hablado aquí de mí, de mis emociones, mis creencias, mis pensamientos, mis deseos. Ni falta que hace.

Esto no es un espacio donde aparezca la vida del que está a este lado de la pantalla. No creo que merezca la pena porque yo no soy diferente de los demás. Soy exactamente igual que muchos otros, tengo el mismo miedo, he hecho cosas parecidas, siento la falta de palabras para expresar lo verdaderamente importante. Leo y contemplo pasar la vida a mi alrededor. Habito una vida llena de ficción, como la de todos. Recuerdo lo que me interesa o lo que invento, como todos. Amo a los míos. Es difícil convertirse en algo mío, pero cuando sucede (y aún sucede) es para siempre, para bien y para mal, para ahora y para luego. Para nunca. Odio con poca frecuencia pero con mucha intensidad. Como casi todo el mundo.
Creo que para vivir con ligereza basta con asumir nuestra poca originalidad, la repetición constante del patrón de la vida humana y los ciclos generacionales. El afán de autoafirmación y originalidad en la adolescencia, la búsqueda de un futuro y una vida en la veintena (el sexo, la carrera, las experiencias), la de la estabilidad en la treintena (la hipoteca, los niños, la familia), la de la aceptación en la cuarentena (la mitad del tiempo consumido y no he hecho todo lo que quería ni serían suficientes cuarenta vidas para hacer lo que me hubiera gustado ahora que asumo que el tiempo no vuelve, si es que acaso se va a algún sitio), la de las pérdidas en la cincuentena (ya no existe la barrera de la generación anterior esperando a la muerte antes que la mía y siento el vértigo frío del vacío), la sesentena y la setentena y …

Esto es un espacio para la ficción. Mi nombre es Roberto y soy actor. Mi nombre es Bartleby y soy escribiente. Mi nombre es Miquel y soy pintor.

No se puede diferenciar lo que es verdadero de lo que no, lo que forma parte de mí o de mi personaje, lo que constituyen guiños para quien me conoce y lo que me invento. Y eso me divierte. Eso es todo.

Quizá al final todo se reduzca a eso.

8 comentarios:

Gemma dijo...

A mí me bastan tus ficciones. ¿Por qué iban a ser menos valiosas que los datos reales? Es más; tal como tú has apuntado, lo real es demasiado vulgar y corriente; mientras que lo ficticio nos define como pocas cosas lo hacen, entre ellas nuestra caligrafía, o eso creo, vamos.

Un abrazo al yo escritor,

Portarosa dijo...

Perfecto, X. Clarísimo.

Un fuerte abrazo.

conde-duque dijo...

Muy bien dicho, Peter Parker. Pero no te confundas: somos nosotros -tus lectores- quienes te hemos inventado. Tú no existes ni en la ficción.

Divina nena dijo...

Pues este "tu" que nos acercas en tus fragmentos en ciertos momentos sin saberlo tal vez, me ha sacado de mi pequeño mundo por un ratito, y eso, sobre todo al final del día, es de agradecer, porque en el mundo real tampoco sabemos a veces que es real y que no, de este modo historias como "huesos", "ceja"...lo consiguieron.
Por cierto la persona que se planta ante el teclado de su portatil al otro lado de este blog no es que no me importe (queda feísimo esto de a mi que me importa)pero realmente aquí, egoistamente, lo que importa es lo que cuenta y como lo cuenta. No dejes de transportarnos a munditos paralelos, gracias X

Anónimo dijo...

Siempre genial, Xavie. Te he visto diciendo estas palabras. Purita filosofía cotidiana.

Besote. C.

María a rayas dijo...

¿pero no es la ficción el reflejo de nuestro yo posible? al menos para mí, que soy muy dada a crear desde el "yo", como un punto de partida desde el que luego la ficción misma se desboca creando su propio universo...(otra vez, yo, yo, yo...qué pesada...)

conocer sin conocer, sin saber muy bien cuáles son las barreras de lo real, lo inventado, lo virtual...en el fondo es la magia de la blogosfera , no?

me gustan mucho tus ideas y fragmentos...
un beso

AROAMD dijo...

cualquier ficción es difícil que no tenga parte de la forma de mirar del 'tú' ´
que te escondes detrás del telón negro
donde cuelgas tus ideas

si pegamos los fragmentos
algo se adivina de tu nervio

La independiente dijo...

Hola a todos,
Disculpad la tardanza en la respuesta.

Mega,
La gracia del asunto está precisamente en lo que dices. ¿Por qué van a ser las ficciones menos valiosas que la supuesta verdad cuando ambas estan hechas de lo mismo, cuando ambas están hechas de palabras?

Porto,
Esa es la idea. La perfección, digo. ;-)

Conde,
Quizá lleves razón y yo, en realidad, ni siquiera exista. Tal vez yo solo sea el amigo imaginario de alguien que no consiguió olvidarse de mí cuando llegó a la adolescencia.

Divina,
Dices muy bien... ¿A quién le importa la persona que se sienta al teclado? Ni siquiera a mí. :-)

Cal,
Gracias por el halago. Me gusta verte por aquí.

María,
Gracias. Todo el mundo crea desde el "yo". Y como bien dices, la magia de este lugar tan raro en el que nos encontramos es precisamente esa. Pero yo solo soy una palabra detrás de otra.

Aroa,
Me gusta lo que dices:

"Si pegamos los fragmentos,
algo se adivina de tu nervio"

pero la cuestión fundamental es: ¿Del nervio de quién? ¿Del que conoces en persona? ¿Del que escribe aquí? ¿De Peter Parker? :-D

Besos y abrazos a todos.
X.