martes, agosto 18, 2009

Madrid V

Franco siempre viajaba con una reliquia, el brazo incorrupto de Santa Teresa. Le hacía sentirse seguro, parece. Pero el cuerpo de Franco se pudrió por dentro, Santa Teresa no pudo hacer nada y llegó un momento en el que los periódicos hablaban de sus deposiciones con el término: "heces en melena". Observen la poesía del término y de la agonía del viejo. Acabar desbordándose en forma de melena, como si su culo fuera la cabeza de un hippy, qué cosas.

La Gran Vía en Blanco y negro, Almacenes Arias, putas españolas en Montera, picadura de tabaco, limpiabotas, tranvías, Superman con remiendos y acento de San Blas volando por encima del edificio de la Telefónica, Valderrama y su emigrante, carboneros con la cara llena de hollín esperando la descarga del camión, cererías especializadas en cirios pascuales para la Virgen de la Paloma, caza en el Pardo, curas por todas partes, sexo furtivo en habitaciones sucias por horas, verbenas con olor a fritanga y orquesta, la Castellana con viejos modelos de coches extranjeros, incienso, señoras de negro, el rosario, campanadas llamando a misa, niño no te toques que se te seca la columna vertebral, no quiero que me pongas la mano encima hasta que nos casemos, hable con mi marido, yo no le puedo decir.

Ahora un tipo belga toca el didgeridoo y alemanes con gafas de pasta saludan a viejas amigas en Malasaña. A mí me duele la espalda y noto un dolor sordo en el omóplato izquierdo. El cuerpo, como esta ciudad, es un sistema o, mejor dicho, varios sistemas superpuestos: los nervios, las venas y arterias, los tendones, los nódulos linfáticos. Y, como todos los sistemas, está preparado para funcionar con errores, con falta de información, con lógica difusa. Dolores, inflamaciones, trombos, pequeñas capas de grasa acumulándose en las arterias, dolores articulatorios, rozaduras, heridas abiertas, contracturas. Como Madrid. Siento el metro pasando veloz bajo mis pies, miro hacia arriba y veo el azul del cielo surcado por los sietecuatrosietes, motocicletas, peatones, coches, señales luminosas, neones proscritos del centro, gente de colores. Y pienso que Madrid, con ese color del cielo sin igual gracias a la contaminación, no es más que un lienzo, un decorado, un paspartú. Y que los actores tampoco somos nosotros aunque lo creamos.

1 comentario:

María a rayas dijo...

sabes, tuve que hacer una vez un reportaje sobre las reliquias de Franco y su relación con el lado oscuro...tuve que leerme un libro infumable sobre las manías de franco y si era porque había vivido en marruecos que creía en la Baraka...así que lo del brazo incorrupto de santa Teresa me ha hecho reír bastante...

(jijiji)