¡Feliz Navidad!, dijo un tipo gordo vestido de rojo, con la ropa raída (la crisis, pensé, la maldita crisis). Y yo contesté, ¡Feliz Navidad!, pero no te voy a dar ni un pavo. Y él dejó la sonrisa falsa que mantenía en su cara (como si no fuera suficientemente siniestro su disfraz) y me miró con ojos de asesino. Paz a los hombres de buena voluntad, dije yo, haciendo el signo de la paz para que no se enfadara. Cabrón, dijo. Dije gracias, me di la vuelta y me fui.
¡Feliz Navidad!, me dijo la frutera cuando fui a comprar una piña muy grande (yo odio la piña, pero en mi casa es tradición, una tradición que a mí me parece un poco ridícula, la verdad) y yo dije ¡Feliz Navidad! Que todo te vaya muy bien el año próximo. Y ella dijo: ¿cómo?, ¿no vas a volver a comprar hasta el año que viene? Era una expresión, mujer, contesté yo.
¡Feliz Navidad!, me gritó el correo electrónico cuando lo abrí al llegar a casa. Redacté una bonita respuesta con una animación en Flash que había hecho el día anterior y se lo envié a todos mis contactos. ¡Feliz Navidad!, decía el mensaje del móvil que me llegaba cada media hora. Compuse un haiku especialmente indicado para estas fechas y se lo envié a todos los números de la agenda. Algunos de los destinatarios de ambos mensajes me habrían olvidado tiempo atrás, pero me dio igual.
¡Feliz Navidad!, digo yo ahora desde aquí a todo el mundo que lee esto de vez en cuando. Que pasen ustedes como mejor sepan estas fechas. Yo voy a bajar a tomar un vino con la familia, si me disculpan.
5 comentarios:
Feliz Navidad (sonrisa de oreja a oreja para que me lances un gruñido) Que cantes los villancicos de la viiiiirgeeeeen y loooos pastooooreeeeees y que te siente bien el coctelito de gambas servido en la mejor cristalería del hogar.
Puede que, si puedo caminar, el 31 nocturna ande por tu barrio... digo.
Beso.
Pues...
¡FELIZ NAVIDAD!
En el 2009 más. Más letras y palabras y cañas y risas y conversaciones y miércoles en la cueva.
¡beso navideño!
LA Navidad y pasó y mucho mi ser se alegró.
A tomar por culo hasta dentro de un año (borren esta frase los que están cerca de niños pequeños, que en ese caso es chula).
Por lo demás, te veo hermanado a mí. Estar hasta las narices, pero hacer como un borrego todo lo que nos piden que hagamos. Pero con mala leche detrás de la sonrisa.
Ese es nuestro papel, el de los que no sentimos la menos emoción: ¡somos los borregos del belén!
(Cuidado con los pastores, que les encanta la caldereta).
Pues hace usted muy bien.
Espero que lo hayas pasado estupendamente, y que sigas.
Un abrazo muy fuerte, y gracias de nuevo por todo, X.
Feliz año nuevo, que llego tarde para felicitarte las navidades.
Saludos,
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