miércoles, diciembre 10, 2008

Bobinas

Pienso en los relojes que no necesitan baterías, que funcionan con el movimiento del cuerpo y decido que los generadores de energía eléctrica que utilizan deben de tener unos sensores muy delicados, tan delicados que son capaces de transformar el latido de nuestro corazón en la energía que necesita un circuito para traducirnos el ritmo de la pulsación del cuarzo. El cuarzo vibra. Él es así.

Y ahora imagino que Google es, en realidad, una empresa con un objetivo malvado, que recopila cuidadosamente toda la información sobre nosotros que ponemos a su disposición. Que en alguna remota nave californiana tiene un archivo sobre mí con todo lo que leo, con lo que escribo aquí, con lo que le digo a la gente a través del messenger, con mis fotos y que lo utilizará para crear una réplica de mí en la Red, un bot que podrá sustituirme cuando el mundo se vaya al carajo.

Y leo: Al final de cada enchufe, siempre se esconde un imán y una bobina que gira. Son el alma y el motor de nuestra civilización.

La belleza se encuentra en los sitios más inesperados. La frase anterior es la frase de conclusión de la Unidad 6 de determinado libro de 2º de Bachillerato. La unidad 6 habla del electromagnetismo.

3 comentarios:

Portarosa dijo...

Pues sí que salió lírico, el determinado libro ése.

Un abrazo.

Virginia Barbancho dijo...

Recuerdo que de todos los libros de texto de tuve, el que más me gustó fue uno de biología porque tenía unas historias maravillosas para introducir las lecciones... aún recuerdo algunas (el libro, como tantos, lo dí y lo perdí)... pero me valió para enamorarme de esa ciencia ya para siempre... no es lo mejor que puede decir de un libro?

Gemma dijo...

Me satisface ver que retomas cierta brevedad, Xavié.

PS: ¿Profesor de ciencias (tu personaje)? ;-)

Un abrazo