miércoles, noviembre 14, 2007

Levantarse

El calor del sol en la piel en un día perfecto de playa; el paseo que damos atentos a lo que vemos; la antigua catedral de Madrid, San Francisco el Grande, iluminada al atardecer; el empedrado antiguo de las calles; el placer del estudio; el viento en la cara, con la intensidad justa para no molestar; el cielo azul metálico de invierno; el cigarrillo después del sexo; el sexo, con toda esa piel y esa saliva; la música; la vuelta a casa de los viajes; la literatura; los museos; los cafés agradables con sillas de madera en los que charlar interminablemente con los amigos; una buena carcajada contagiosa; la textura del jamón ibérico en la boca; los atardeceres en avión; los horizontes verdes; sentir el cuerpo cuando hacemos deporte; una cerveza helada en un día caluroso; un vino tinto de crianza con el toque justo de sabor a fruta; la extraña armonía de las cosas minúsculas; los insectos, esos ejemplos de ingeniería orgánica; una película en la que los diálogos merezcan la pena.

A veces caemos. Pero existen motivos para volver a levantarnos. Quién dijo miedo.

5 comentarios:

Portarosa dijo...

(No te contratarían a ti para aquel anuncio de una campaña contra la droga...)

Los hay, hay motivos. Aunque a veces tengas algo que te los tape todos, en realidad hay están.

Un abrazo.

La independiente dijo...

Si te digo la verdad, es más un ejercidio de estilo, un texto de autoayuda que algo verdaderamente sentido. Pero creo que alguien que pretende escribir ficción no puede depender de su estado de ánimo.
Se trata de imaginar. Así que imaginé que encontraba motivos para levantarme.
Aunque aún los esté buscando.

Y, definitivamente, no me veo ideando el guión de una campaña antidroga, la verdad.

Abrazo,
X.

Portarosa dijo...

¡Ja, ja!

Está bien lo de no depender del propio estado de ánimo. Aunque es difícil.

Anónimo dijo...

(¡Ay!: ese "hay" de mi admirado Portorosa, me lastima las córneas. Lo siento. No lo pude evitar. Soy neurótico. Tampoco puedo ver un cuadro torcido y no enderezarlo)

:-)

Parece mentira, Xavie, que NO sea sentido ese "prosema" espléndido. Lo imprimo y reparto. Ana dice que le has leído el pensamiento y me da un beso sonriente. ¿Ves?. Para que luego nos entre la melancolía de creer que la literatura no sirve para nada.

Un abrazo.

La independiente dijo...

Gracias Ernesto,
No, no era sentido, pero eso da igual, ¿no?
Si le ha gustado a Ana es suficiente. :-D

Un abrazo,